La ex presidenta del PAMI y actual candidata a legisladora de la Ciudad de Buenos Aires señaló ayer en Córdoba que hay que “erradicar la impunidad en la Argentina” y manifestó que la corrupción “no sólo es un tema ético sino económico” por los efectos negativos que tiene en diferentes aspectos de la actividad.
“Estamos en un país que ha crecido en los últimos diez años y no ha podido superar las inequidades y en algunos casos las ha profundizado, como es el caso de la educación y la energía”, indicó la ex funcionario en una conferencia realizada en la Bolsa de Comercio de Córdoba en el marco del ciclo “charlas centenarias”, organizado por la Caja de Jubilaciones para celebrar sus 100 años.
«La corrupción no sólo es un tema ético sino económico porque genera pobreza y desigualdad. Además destruye la legitimidad de la instituciones y la gobernabilidad porque la ciudadanía pierde la credibilidad», subrayó Ocaña.
Asimismo, enfatizó: «Está en el hombre el hecho de poder corromperse pero tenemos que erradicar la impunidad en la Argentina. Y para ello hay que trabajar mucho. Creo que puede suceder porque depende de cada uno de nosotros. Tenemos que decir no a la corrupción».
En este contexto, Ocaña sostuvo que el problema es que muchas veces el tema de la ética en la función pública es considerada «un verso», como consecuencia de una visión errada en el que la transparencia está alejada de la real política. «En mi caso me tocó presidir el PAMI, un símbolo de la corrupción en Argentina. Y la transparencia y la buena gestión fue el camino para salir de ese escenario», ejemplificó la diputada.
Para Ocaña, a luz de su experiencia, los puntos claves para lograr la transparencia en la gestión, son: reglas claras y conocidas (que no haya licitaciones armadas); pago de incentivos para quienes cumplen las pautas o denuncian la corrupción; revisión de cuentas (sin balances no hay posibilidad de controlar las cuentas y es algo que genera confianza en los prestadores y los empresarios); y controles.
Déficit bajo
En tanto, el titular de la Caja, Osvaldo Giordano, pronosticó que este año el déficit del organismo previsional será de sólo el 6% y responderá en su totalidad a los fondos que no envía, como debería hacer, el Gobierno nacional.
Giordano repasó la gestión desde que asumió la presidencia de la Caja en diciembre de 2007. «Arrancamos con una tormenta perfecta: comenzaron a impactar las jubilaciones anticipadas de 2001, la Corte derogó un decreto de 1995 y obligó a pagar un 18% más las jubilaciones y, además, la Nación suspendió el envió de fondos».
«Fue una crisis inédita, la más grande en tema de desequilibrio en los 100 años de la Caja y en ese marco, la primera decisión fue adoptar una gestión transparente», dijo Giordano y agregó que los resultados fueron muy positivos: «partimos de un déficit del 35% y este año el será del 6%, que corresponde a lo que la Nación no le envía a la Caja».