El gobernador José Manuel De la Sota, festejó la victoria de Juan Schiaretti, que lo posiciona en la interna por la presidencia, mientras que el kirchnerismo no alcanzó el objetivo del segundo puesto, en lo que significa una nueva derrota del Gobierno a nivel nacional.
Para De la Sota, el triunfo de Schiaretti significa un espaldarazo para las PASO del 9 de agosto, cuando tendrá que enfrentar al postulante del Frente Renovador, Sergio Massa.
El mandatario cordobés buscó pegarse lo más que pudo al triunfo de su delfín, y esto se vio reflejado en la propaganda política desplegada en la provincia, pero sobre todo en los carteles del «búnker de la victoria»: Las gigantografías de De la Sota aplastaron a los carteles de la fórmula ganadora en estas elecciones.
“Macri armó en Córdoba una coalición electoral donde mezcló el agua y el aceite de la vieja política. Impuso su capricho», dijo De la Sota, quien también cargó duro contra Scioli: “Vino a Córdoba y se mostró tal cual es, el más kirchnerista de los gobernadores. El que se identifica con La Cámpora”.
Massa no se quiso perder la foto de la victoria, puesta en duda por el radical Oscar Aguad, que habló de un «empate técnico», pero sin perder de vista que lo vivido en Córdoba lo tiene como actor de reparto, ya que los votos son de su rival; y esto quedó transparentado en la actitud del ex intendente de Tigre, que siempre estuvo a un costado del escenario y le cedió el protagonismo al gobernador local, sin hacer uso de la palabra.
Entre los interrogantes, queda por saber cuál será la relación del gobernador electo con el próximo gobierno, ya que en el búnker no pasó de largo la noticia de los llamados a Schiaretti de la mandataria Cristina Fernández y el precandidato presidencial del Frente para la Victoria, Daniel Scioli, para felicitarlo y hasta se dijo por lo bajo que es una señal de proximidad entre el diputado y el kirchnerismo.
Entre los derrotados de esta elección se encuentra el kirchnerismo, que hasta último momento aspiró a arrebatarle, con la fórmula Eduardo Accastello – Luis «Cacho» Buenaventura, el segundo lugar a Aguad.
El oficialismo nacional nunca pensó en la posibilidad de alcanzar la gobernación, pero si se entusiasmó con lograr ese segundo escalón del podio que hubiese significado un buen resultado en una provincia que le es históricamente hostil al Gobierno, solo equiparable a lo que le pasa en Capital Federal.
El radicalismo, de fuerte tradición en la provincia, no alcanzó el objetivo de una victoria a la que aspiraba cuando decidió replicar el acuerdo nacional de Cambiemos a nivel provincial, y el que más sintió el resultado fue el candidato presidencial Ernesto Sanz, que esperaba un triunfo que le diera algo de aire para las primarias nacionales contra Mauricio Macri.
Para el líder del PRO la lectura es distinta: si bien su espacio es parte de la coalición, el macrismo sabe que es fuerte en la provincia y que esta derrota no lo afecta, ya que la foto ganadora se la sacó en Buenos Aires junto al victorioso Horacio Rodríguez Larreta.
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