«Creo que se puede hablar de un linchamiento judicial contra Dilma Rousseff», señaló Claudio Fantini sobre el momento político que atraviesa Brasil, tras la determinación del Senado de separar por 180 días a la presidenta y la posterior asunción como presidente de Michel Temer, ex aliado de Rousseff.
Fantini complementó su categórica frase con otro concepto, ligado a la «normalidad» con la que la sociedad brasileña parece haber aceptado los cambios políticos en Brasil: «esa normalidad la señalo en estos términos: el caso de Dilma es como el de Al Capone al revés. Al Capone era un mafioso que había cometido crímenes horrendos y terminó preso por una pavada. Dilma es una de las personas más honestas entre las personas que manejan Brasil y una de las pocas que no está manchada por el escándalo de las petroleras. Sin embargo acaba de ser sometida a juicio político, es una cosa de locos».
El especialista señaló que «estaba claro que el liderazgo de Dilma estaba agotado, ella que tiene responsabilidad sobre la crisis económica y ya no estaba en condiciones de revertirla porque no le estaban respondiendo los resortes de la política de Brasil. Pero por otro lado, está muy claro que Michel Temer es un personaje opaco que está actuando de una manera muy oscura».
En ese sentido, aseguró que «la gran anormalidad es que el vicepresidente asumió como si a la presidenta ya la hubieran destituido. No es el caso de Itamar Franco que asumió el cargo de Fernando Collor de Mello que había renunciado. Dilma todavía no renunció y aparentemente ella va a afrontar el juicio político ¿Y si la declaran inocente?»
Fantini complementó su postura, asegurando que «el problema es que el final está cantado: Dilma ya está condenada antes de haber sido juzgada y ése es un problema grave».
De cara al futuro, la situación política actual «es algo que Brasil puede llegar a pagar con mucha inestabilidad porque anormalidades semejantes no pueden tener vueltas sin consecuencias. Habrá que ver cuál es la suerte de Temer. Tal vez él tiene los acuerdos políticos que desde hacía muchos meses se le negaban a Dilma y Lula Da Silva».
Sin categoría