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El reclamo por un tipo de cambio alto no es nuevo entre el sector industrial y el establishment productivo de Córdoba. Pero no todos los días tienen la chance de elevar ese reclamo ante un ministro de la Nación. Ayer, Gustavo Santos, ministro de Turismo de la Nación visitó la Fundación Mediterránea en el marco de un Almuerzo de Trabajo y escuchó el reclamo por un dólar más competitivo, pese a que puede hacer poco desde su cartera en ese sentido.

El pedido de mayor competitividad vía tipo de cambio lo elevó el presidente de la Fundación Mediterránea, Martín Amengual. Amengual disparó: «necesitamos un tipo de cambio más competitivo. Y en este país un tipo de cambio competitivo es un tipo de cambio alto, porque este país sino no es competitivo. Tenemos una burocracia estatal que tiene maniatada a la productividad. Hasta que no se resuelva esa madeja, no seremos competitivos».

En esa línea, también comentó el grave cuadrante en el que están inmersas muchas empresas del sector turístico, fundamentalmente los hoteles: «las empresas turísticas están siendo muy afectadas. El aumento en las tarifas golpeó el bolsillo de los consumidores que recortan gastos como el turismo. Y además ese aumento pegó fuerte en los gastos de los hoteles. Hay empresas doblemente afectadas y muy comprometidas», señaló.

 

(DyN) La presión sobre el dólar paralelo se intensificó hoy nuevamente y llevó el precio en esa plaza a 15,90 pesos para la venta, en una rueda en que el Banco Central se desprendió de unos 30 millones de la divisa estadounidense.
De esta manera, y según cálculos privados el Banco Central lleva vendidos 1.170 millones en septiembre, mientras según los datos de fuentes de la autoridad monetaria esa cifra mensual no supera los 880 millones.
Las reservas internacionales bajaron el viernes 20 millones de dólares a 33.419 millones, una merma de 187 millones en el mes, según datos provisorios de la autoridad monetaria. La leve corrección al alza del tipo de cambio en la plaza doméstica, se alineaba con la depreciación del real brasileño, que caía a 3,97 por dólar en San Pablo.
El alza del dólar en el segmento mayorista se reflejó en la cotización en el promedio de bancos y casas de cambio, donde subió un centavo ó 0,11 por ciento a 9,40 pesos.
La brecha entre el dólar paralelo y el que se ofrece en pizarras se amplió a la zona del 69 por ciento. El dólar paralelo, que tocó un máximo histórico de 16,10 pesos el martes 25 de agosto, volvió hoy a 15,90 pesos.
La suba del dólar paralelo ocurrió en una rueda de leve alza para los tipos de cambio implícitos en las operaciones bursátiles: el dólar llamado «contado con liquidación» y el dólar bono se ubicaron entre la zona de los 14,10 y 14,20 pesos. El dólar que surge de las operaciones de atesoramiento (oficial más 20 por ciento) quedó a 11,28 pesos, mientras el llamado «turista» (oficial más 35 por ciento) se pactó en 12,68 pesos. El euro cedía a 1,12 dólares.

Un informe elaborado por el economista Gustavo Reyes del IERAL de Fundación Mediterránea advierte sobre evidentes claroscursos en la economía argentina actual: mientras algunas variables ‘micro’ han mejorado, “por debajo de la superficie los desequilibrios macroeconómicos se acentúan, en una dinámica que resulta insustentable en el tiempo”.
El documento señala que, cuando se comparan los datos del primer trimestre del 2015 con los del tercer trimestre de 2014, “se observa un lento camino de recuperación y por lo tanto, podría deducirse que ya no resulta necesario el ajuste en determinadas variables que parecía tan evidente unos pocos meses atrás”.
Entre otras cosas, Reyes sostiene que mientras la economía caía a un ritmo del 2,2%, la inflación anual ascendía a 40% y el dólar “blue” subía 7,7% mensual al cierre del tercer trimestre; ahora la actividad crece al 1,4%, el aumento del costo de vida se desaceleró al 30% y la cotización paralela de la divisa estadounidense se reduce 0,7% mensual.
“Por un lado, la recesión del 20145 junto con la tranquilidad del mercado cambiario, lograron desacelerar un poco la tasa de inflación. Por otro lado, este menor ritmo de aumento en los precios junto con la tranquilidad en el mercado cambiario y expectativas favorables para el 2016, permitieron un freno al proceso recesivo y una leve recuperación en el nivel de actividad”, explica Reyes.
Sin embargo, advierte que “los desequilibrios macroeconómicos se han profundizado y se materializan en una dinámica que no resulta sostenible en el tiempo”.
Las cinco variables ‘macro’ complicadas son las siguientes:
1) GASTO PÚBLICO: desde 2007 hasta la actualidad, el ritmo de aumento del gasto público ha sido mayor que el de la recaudación, generando déficits crecientes en las cuentas fiscales. En los primeros meses de 2015 este desfasaje se mantiene, ya que el aumento en las erogaciones (42%) continúa muy por encima de la recaudación (30%). Estos desequilibrios han generando, además de las recientes emisiones de deuda por parte del Tesoro, una creciente demanda de fondos al Banco Central.
2) SUBSIDIOS: buena parte del problema fiscal es explicado por la dinámica de los subsidios económicos, que a su vez se originan en el fuerte atraso de las tarifas de los servicios públicos. Tomando como base el mes de diciembre de 2001, el promedio de precios en Argentina aumentó a 12.38 en abril de 2015 mientras que los precios regulados crecieron solamente a 3.2.
3) BALANCE COMERCIAL: tomando como base la evolución de las exportaciones e importaciones en los últimos 4 meses, la Balanza Comercial de 2015 se proyecta a un déficit de 383 millones de dólares, comparado con un superávit de 6,6 mil millones de dólares el año pasado.
4) TIPO DE CAMBIO: Gran parte de la pobre performance de las exportaciones se relaciona con el bajo poder adquisitivo del tipo de cambio (atraso cambiario) y éste a su vez, con el notorio desequilibrio entre las tasas de devaluación y de inflación mensuales.
5) BANCO CENTRAL: las cuentas del Banco Central también presentan una dinámica muy difícil de mantener. En los pasivos, la deuda remunerada (Lebacs) creció 153% entre enero de 2014 y mayo de 2015; mientras que en los activos, si bien el stock de reservas se ha recuperado, lo ha hecho básicamente a través de endeudamiento externo del sector público. Las compras acumuladas del año hasta el 15 de mayo representan solamente el 67% de las realizadas en el mismo período durante 2014. Todo esto pone en riesgo el balance de la entidad financiera madre.
“Hasta las elecciones generales de octubre, difícilmente se vean avances, pero claramente la nueva administración que gobierne a partir de 2016 deberá atacar estos problemas rápidamente para poder encauzar la economía y evitar nuevos episodios de tensiones financieras y recesivas”, finaliza el informe de Reyes.

(DyN) – El Fondo Monetario Internacional (FMI) recomendó a la Argentina llevar adelante «políticas macroeconómicas más restrictivas combinada con un tipo de cambio más débil, para un retorno a la estabilidad y el crecimiento».
El organismo difundió su informe sobre las «Perspectivas Económicas del Hemisferio Occidental» donde detalló que el país tendrá en 2015 una caída en su PBI del 0,2 por ciento.

Un informe elaborado por el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA) asegura que el peso es la moneda a nivel mundial que más se está revaluando y, por ende, haciendo que las exportaciones locales pierdan competitividad.
“Las devaluaciones del tipo de cambio oficial muy por debajo de la alta tasa de inflación han llevado a la paradoja de que la moneda argentina sea la que más se aprecia en el mundo”, señala IDESA, explicando que mientras la inflación del 2014 rondó el 30%, la variación del tipo de cambio oficial estuvo en torno al 10% (de $ 8 a $ 8,80), lo que implica una revaluación del tipo de cambio del 18%.
Esto ocurre mientras el valor del dólar está subiendo en el mundo debido a que Estados Unidos está saliendo de la crisis en la que cayó en el año 2008 por las quiebras en su mercado inmobiliario, y a que tanto Europa como Japón están apelando a la emisión monetaria para combatir la deflación y tratar de salir del estancamiento. Por ejemplo, en los últimos 12 meses, el Euro cayó un -22% y el Yen un -14% en términos reales respecto al dólar. En igual sentido, todos los países latinoamericanos están siguiendo la misma estrategia de los cuales el caso más notable es el del Real brasileño.
“Por lo tanto, el proceso de revaluación del tipo de cambio real es muy intenso. El peso argentino es la moneda que más se revalúa en el mundo. Esto significa que consumir y producir en Argentina es cada vez más caro respecto de otros países”, explica IDESA.
Según la consultora, esto no constituye per se una mala noticia, sino que se convierte en tal debido a que la apreciación de la moneda no está acompañada por un aumento de su productividad.
“Para que este proceso de revaluación del peso argentino fuera sostenible, la productividad en Argentina debería aumentar por encima de la productividad de Estados Unidos y muy por encima de la productividad del resto de los países, como Europa y Brasil. No son necesarios cálculos sofisticados para demostrar que esto no esta ocurriendo. Por el contrario, diariamente se suman factores de ineficiencias en el aparato productivo argentino. Por ejemplo, la falta de infraestructura, las distorsiones impositivas, la baja calidad y cortes en los servicios públicos, corrupción, burocracia, litigiosidad laboral, falta de insumos y bienes de capital, proliferación de feriados y paros”, repasa el estudio.
Y va más allá cuando compara esta coyuntura con una pésima experiencia histórica: la estrategia que aplicó la dictadura con la “Tablita” de Martínez de Hoz. “En aquella época hubo un largo proceso en el cual la inflación iba por encima de los ajustes sobre el tipo de cambio nominal sostenido en base a endeudamiento externo. En la actualidad, el proceso se sostiene poniendo trabas a las importaciones y consumiendo reservas. Pero el resultado es el mismo: una “primavera consumista” que tiene como contrapartida la acumulación de tensiones desencadenantes de la próxima gran devaluación”, pronostica IDESA.

Un informe elaborado por el IERAL de Fundación Mediterránea ubica a Córdoba dentro del top five de las provincias más perjudicadas por la pérdida de competitividad ocurrida en los últimos dos años fundamentalmente producto del atraso cambiario, junto a la alta inflación y al récord de presión impositiva.
El documento, firmado por los economistas Marcelo Capello, Néstor Grión y Pedro Degiovanni, forma parte del último Informe de Coyuntura de la entidad y se denomina “El tipo de cambio real multilateral vuelve a los niveles de los 90’s, con efectos diferenciados por provincias”.
“Un índice construido por IERAL para medir el tipo de cambio real multilateral por provincias, considerando la estructura de exportaciones de cada una, encuentra que en últimos dos años la pérdida de competitividad por motivos cambiarios ha sido muy significativa, cercana al 20 %, en Santiago del Estero, Buenos Aires, Tierra del Fuego, Córdoba, Chaco y Santa Fe”, señala el estudio.
13 cuadrito Ieral caída tipo de cambio
Si bien el trabajo aclara que las provincias de la región pamepeana son las que presentan un tipo de cambio más alto en relación a diciembre de 2001, sostiene que en los dos últimos años son las que más sintieron la pérdida de competitividad.
“Como se señala en un reciente informe de IERAL, estamos ante un doble problema cambiario. Cuando el dólar oficial se atrasa frente a la inflación, pasa a ser una preocupación para exportadores y productores regionales, porque sus costos en dólares crecen. En 2015 hay que añadirle el problema adicional de la caída de los precios de exportación”, evalúa el análisis.
13 cuadrito Ieral provincias tipo de cambio
Para este año, los economistas aseguran que “asumiendo el supuesto de una corrección anual de 20 % de la paridad peso-dólar hasta diciembre, entonces el tipo de cambio real multilateral quedaría sólo 4 % por encima del valor de fin de la convertibilidad, y varios puntos por debajo del índice promedio de los años 1996/97, antes que Brasil devaluara”.
Este evidente atraso requiere, según el IERAL, acciones inmediatas. “No se deben subestimar los problemas de competitividad. En la segunda mitad de los 90’s las devaluaciones mexicana, asiáticas, rusa y especialmente brasilera (1999) pusieron en jaque al sistema de convertibilidad vigente en Argentina. La situación no se pudo resolver y culminó con la salida desordenada del sistema en 2002. En la actual situación, los problemas de competitividad de la economía resultan evidentes a la luz del retroceso de la actividad industrial y la incapacidad que muestra el aparato productivo privado para generar nuevos empleos”, remarca el informe.
Y cierra: “Además, en los últimos meses se observa un proceso de apreciación del dólar a nivel mundial, lo que dificulta adicionalmente a la economía de Argentina, que al transitar los últimos meses de una administración de gobierno se halla inmersa en una estrategia de uso del tipo de cambio como ancla anti-inflacionaria, lo que tiende a agravar adicionalmente la situación en materia de competitividad cambiaria”.

(DyN) – Empresarios PYME industriales consideran que el tipo de cambio «adecuado» tanto para exportar como para asegurar su mercado interno es de 10,57 pesos por dólar, lo que equivale a una devaluación del 23 por ciento, revela una encuesta de la Fundación Observatorio PYME (FOP).
La consulta se llevó a cabo durante octubre pasado y abarcó a una muestra de 400 firmas distribuidas en todo el país, panel que la FOP mantiene bajo observación desde hace más de una década.
«Unos 10,57 pesos por dólar es el tipo de cambio que declaran los empresarios como el ‘adecuado’ para que le permita mejorar su desempeño en los mercado internacionales sin condicionar su posicionamiento en el mercado local y sus importaciones», señala el informe.
La encuesta indica que «dadas las diferencias de competitividad entre las PYME industriales según su tamaño, los empresarios de firmas pequeñas declaran que el tipo de cambio necesario sería de 10,67 pesos por dólar bajo el actual nivel de precios».
«Si bien en las medianas empresas la relación cambiaria es algo menor (10,46 por dólar) se mantiene en un nivel similar al anterior», señala el informe de la FOP.
Por otro lado, el estudio, correspondiente a datos del tercer trimestre de este año, indica que durante ese período disminuyeron 15 por ciento las cantidades vendidas por las PYMES industriales.
La FOP destaca que «la esperanza que se vislumbró durante el II trimestre sobre una reactivación económica a partir de una mejora en la competitividad vía el ajuste del tipo de cambio realizado por el Banco Central en enero se ha desvanecido».
«El análisis sobre la evolución de la ocupación muestras señales poco optimistas debido a que luego de un descenso del 1 por ciento durante el tercer trimestre frente al segundo, acumula una caída del 3 por ciento en forma interanual», indica el estudio.
Por otra parte, la investigación reveló que el ritmo de incremento trimestral de los precios que las empresas practican con sus clientes fue de 6,6 por ciento, igual a la suba registrada para el mismo trimestre de 2013.
«Esto se traduce en una estabilización en el ajuste de precios que las PYME industriales logran trasladar a sus clientes, variaciones que actualmente en promedio alcanzan el 40 por ciento interanual», dice el reporte.
La investigación aclara que «este nivel de incremento de precios es muy inferior al ritmo de suba de los costos de producción declarado por los empresarios, que supera el 60 por ciento anual».