«Yo no soy oveja de nadie, ni me maneja nadie». Con estas palabras, el secretario general de la UTA, Roberto Fernández, formalizó la decisión de los choferes de colectivos de no adherir al paro nacional convocado para mañana por la CGT de Hugo Moyano y otras centrales opositoras al Gobierno.
La frase del jefe de los colectiveros no sólo apuntó contra Moyano sino también contra quienes sostienen que tomó la decisión presionado por el Gobierno.
La decisión ya había sido consensuada el lunes a la noche durante una reunión que Fernández mantuvo en la Casa de Gobierno con el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, según publicó Clarín. Y trascendió que los colectiveros no se sumarían a la protesta.
Esto motivó que Moyano denunciara que «la UTA cedió a la presión del Gobierno». Incluso se dijo que el gremio había recibido algunos beneficios que condicionaron su decisión.
Entre otras cosas, se mencionaron subsidios a las empresas para financiar aumentos salariales mayores y la cesión de un predio en el barrio de Once para que el sindicato construya un centro de capacitación sindical.
Así, Fernández aseguró que mañana «habrá servicio normal» de colectivos, aunque en otras fuentes sindicales sostienen que no está garantizado que puedan circular normalmente, entre otras razones porque habrá piquetes de la izquierda.
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