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(DyN) – El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, ponderó que el Gobierno haya realizado un «trabajo fino, adecuado, laborioso» para llegar a un acuerdo salarial con cinco gremios, y criticó a los «agoreros con mala leche» que anunciaban conflictos sociales.
Fernández sostuvo que, «si se sigue adelante con el paro» anunciado para el 9 de junio, pese al acuerdo con los gremios afines al Gobierno, «es porque es político, porque quieren participar del clima de la elección, y a eso uno no le puede prestar atención».
«¿Por qué se va a realizar el paro, si se llegó a este acuerdo? Decían que se hacía el paro porque no se cerraban las paritarias, y éstas se cerraron», planteó el funcionario.
A su vez, destacó, sobre este acuerdo, «el trabajo fino, adecuado, laborioso» que se realizó «para que esto no impacte hacia afuera de forma negativa».
Fernández habló así del acuerdo logrado anoche con la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios (FAECYS), la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA), la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN) y el Sindicato Único de Trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal (SUTERH), de un promedio de 27 por ciento de aumento en dos pagos.
El ministro sostuvo que «era un trabajo en el que se venía insistiendo» y que «había que llegar a un punto ecuánime, medio, en el que estemos todos de acuerdo», y que se hizo «sin mirar a todos estos agoreros opinar toda la mañana, con vocación de mala leche».
En ese sentido, apuntó a «las burradas que dice (Roberto) Lavagna (actual referente económico del Frente Renovador), que el Gobierno quería dilatar los acuerdos, por las elecciones».
«Estamos en manos de dirigentes que incentivan que las cosas salgan mal», fustigó Fernández, quien, al recordársele que Lavagna formó parte del Gobierno, afirmó que «quien resolvió el tema de la deuda se llama Néstor Carlos Kirchner, no hubo ningún otro».
«Los demás tuvieron papeles secundarios y terciarios. Cuando Néstor definió el tema de la deuda, ninguno estaba de acuerdo. A esta altura terminemos con los que se presentan como salvadores de la patria», finalizó.

(DyN) – El vicepresidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Juan Carlos Sacco, celebró los acuerdos salariales logrados por cinco gremios en torno al 27 por ciento de aumento, aunque aseguró que, si se toman en cuenta los adicionales acordados, los incrementos superan el 30 por ciento.
«Es una manera de decir el 27 por ciento. Cuando uno le agrega todos los adicionales, como la UOM que cambió la base de la primera categoría, están todos arriba del 30 por ciento. Lo importante es la tendencia psicológica», aseguró.
El empresario gráfico celebró que, tras los acuerdos, «vamos a pasar un 25 de mayo divino» porque, aseguró, «donde cierran esos cinco (gremios), el resto va en escalera, van todos».
Anoche, a última hora, la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios (FAECYS), la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA), la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN) y el Sindicato Único de Trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal (SUTERH), acordaron sus paritarias en torno al 27 por ciento de aumento, lo que será oficializado hoy durante un encuentro con la presidenta Cristina Fernández.
Sacco garantizó afirmó además que esos aumentos «no van a impactar en la inflación» porque es índice «este año no va a superar el 25 por ciento», y aseguró que «en el peor de los escenarios, va a empatar» los incrementos salariales.
De todas formas, el empresario gráfico reclamó que el próximo Gobierno «tenga la sabiduría de saber que la inflación es el primer flagelo que hay que atacar, porque no le conviene a nadie».

(DyN) – El ex ministro de Economía e integrante del Frente Renovador, Roberto Lavagna, aseguró hoy que el Gobierno retrasa las paritarias «a propósito» para «generar tres o cuatro meses de euforia» antes de las elecciones.
Además, advirtió que, pese a que no hay una «crisis aguda» en la economía, el escenario de desequilibrios genera «una transición» similar a la que tuvo que enfrentar la Alianza en 1999.
«Tenemos por delante tres o cuatro meses de plena euforia, por eso se retrasaron a propósito las paritarias, para que los aumentos, las retroactividades, más el medio aguinaldo, todo esto llegue en el momento de las elecciones. Estas son las cosas que juegan a favor del Gobierno», sostuvo Lavagna en declaraciones a radio La Red.
El economista aseguró que el próximo gobierno tendrá que implementar «un programa económico y social» que «empiece de manera gradual a controlar los desajustes que hay debajo de esta superficie de normalidad».
«No hay que confundir que no exista una crisis aguda con que las cosas estén bien. Por debajo de la superficie tenemos una economía con profundos desequilibrios, con impactos sociales muy negativos», agregó.
En ese marco, Lavagna sostuvo que esos desequilibrios «son muy peligrosos para quien suceda al Gobierno», porque «puede llegar a creer, cómo creyó la Alianza en el año ’99, que podía continuar sin hacer los cambios que tenía que hacer».
«Como todos sabemos, dos años después vino la gran crisis. Cuidado que esta es una transición de ese tipo», advirtió.

(DyN) – La «escasa credibilidad» del Gobierno «dificulta» la coordinación de «expectativas» en torno a las paritarias, sobre las que la Casa Rosada «interfiere con poco disimulo», advirtió un informe privado.
El reporte fue elaborado por la consultora Management & Fit (M&F), cuyo economista en jefe, Matías Carugati, señaló que «las paritarias vienen más demoradas que lo habitual, y no precisamente por puntos de vista irreconciliables entre gremios y cámaras patronales».
«Es el Gobierno el que, a pesar de sostener que las paritarias son libres, interfiere en las negociaciones tratando de llevar los aumentos al 25 por ciento. La negociación de los empleados de comercio estaba encaminada (28% de aumento) hasta que desde el Ministerio de Economía se sugirió a la cámara empresarial la ‘conveniencia’ de negociar aumentos inferiores», ilustró el economista.
Sin embargo, para M&F, «la escasa credibilidad del Gobierno dificulta la coordinación de expectativas. Por un lado, porque la economía continúa con el ‘termómetro’ averiado a pesar de los cambios en el IPC oficial. Para el Gobierno la inflación anual es del 16,5 por ciento, mientras que para las consultoras privadas es del 29,8 por ciento».
«Sin un consenso previo respecto a cuál es la tasa de inflación difícilmente puedan coordinarse las expectativas inflacionarias, que se mantienen fijas en torno al 30 por ciento», señaló el reporte.
A ese contexto, en el cual la mayoría de los sindicatos busca compensar la pérdida de poder adquisitivo de 2014, se suma, dijo M&F, «la inconsistencia del resto de la política económica, que refuerza las fallas de credibilidad».
«Generalmente, los planes para reducir la inflación utilizan la política de ingresos como herramienta para moderar el proceso de estabilización, y no como componente central. Un programa tendiente a reducir la inflación se sustenta en una política monetaria y fiscal consistente con ese objetivo. En el caso actual, no existe tal coordinación de política económica», explicó Carugati.
Para el economista, en cambio, «la política fiscal mantiene un sesgo marcadamente expansivo, esperándose este año una ampliación del ya abultado déficit. Y la política monetaria está virando de contractiva a expansiva (medida en términos reales) debido a la necesidad de financiar al Tesoro. En este sentido, la política económica no emite señales positivas que permitan guiar las expectativas inflacionarias hacia un nivel inferior».

(DyN) – El ministro de Economía, Axel Kicillof, ratificó que el Gobierno no impuso ningún «techo» a la negociación paritaria, pero afirmó que «está muy bien» el 27 por ciento de incremento salarial que, por ejemplo, acordó el Sindicato de Empleados de Comercio.
«Hay sindicatos que han mirado las variables, y han hablado de esa cifra aproximadamente (27 por ciento). Y está muy bien que lo hagan. El Gobierno trata de ayudar porque no forma parte de las paritarias», señaló.
En declaraciones a radio Del Plata, el funcionario reiteró que «claramente hay una desaceleración de los precios», y señaló que «las paritarias deberían discutirse en un entorno más reducido».
«Me parece que al venir niveles menores de los precios, las paritarias también se van acomodando. Si se dice que la inflación va a ser 10 o 7 por ciento menos que el año pasado, se supone también que las paritarias deberían discutirse en un entorno más reducido», señaló Kicillof.
Además, volvió a rechazar que los empresarios trasladen a precios los incrementos salariales porque «eso no es cierto en términos técnicos económicos».
De todas maneras, ratificó que el Gobierno «no tiene herramientas» para implementar «un techo salarial», y aseguró que solo lo hace «en la negociación con los trabajadores del Estado, que ya comenzaron».
Cabe recordar que el presidente de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), Carlos de la Vega, adelantó que habían llegado a un acuerdo verbal con el sindicato para implementar un incremento salarial del 27 por ciento en dos tramos (17% retroactivo a abril y 10% a cobrar en octubre), más dos sumas fijas de 1.524 pesos, pagaderas en julio y noviembre.
En tanto, el titular de la CGT oficial, Antonio Caló, reiteró anoche que «las paritarias son libres sin piso ni techo» y dijo que «los gremios son los que tienen que discutir con los empresarios el monto que persiguen».
Sin sueldo de YPF
En tanto, Kicillof aseguró que no cobra «un mango» por ser director de YPF en representación del Estado y que, por ese cargo, sólo percibe viáticos «por unos 5 mil pesos», por los cuales además debe pagar como autónomo.
«Soy ministro de Economía, no cobro un mango de YPF. Y lo hago desde el día que asumí como director clase A, o sea en representación del Estado nacional. No estaba obligado a hacerlo, pero lo hice», señaló al replicar una versión de Clarín que indicó que gana allí 405.000 pesos mensuales.
Kicillof dijo que percibe su sueldo como titular de la cartera de Hacienda, «que serán 55 mil pesos como cobran los ministros», y aseguró que por un decreto presidencial, los directores del Estado no pueden cobrar «doble sueldo».
«Gano mi sueldo de ministro, serán 55 mil pesos en mano. Y me desempeño también como director en Techint (Siderar). Un decreto que sacó la Presidenta le prohíbe a los directores del Estado cobrar doble sueldo, a todos. Sólo se paga un viático, que serán unos 5 mil pesos», aseguró.
Además, el ministro afirmó que su sueldo «no es tan grande si se lo compara con los del sector privado» debido a la «responsabilidad» que tiene en su cargo.
Con respecto a los sueldos que cobran los directores de la petrolera estatal, Kicillof aclaró que son «sueldos del sector privado», y que quienes integran el Directorio «no son funcionarios públicos».
«En los sueldos del directorio se incluye, como cada director cumple tareas ejecutivos, cobra por ser director y también por su trabajo ejecutivo. Son sueldos del sector privado. No son funcionarios públicos. Yo no gano esa plata, y lo que gano aparece todos los años en mi declaración privada», aseveró.

(DyN) – El presidente de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), Carlos de la Vega señaló que «no» sabe quien frenó las negociaciones paritarias a punto de cerrarse con la Federación de Empleados de Comercio y calificó como «absolutamente inaceptable» la posibilidad de atender un aumento de 26% durante este año de una sola vez.
«A los pequeños y medianos, sobre todo, les resulta absolutamente imposible dar un aumento en una sola cuota. Subir la cuarta parte del sueldo de golpe es imposible porque no hay capacidad financiera y esto amenaza la evolución de muchísimas empresas», advirtió el dirigente empresario.
También explicó que la negociación para este año casi se había cerrado «de palabra» en dos cuotas de 15%, más un par de adicionales fijos y no remunerativos para los meses de «abril y noviembre».
En relación a la pretensión del Gobierno de ponerle un techo a las paritarias, de la Vega afirmó que «tampoco nos consta que se hubiera hecho esa propuesta de pagar 26% de una sola vez».
«Hay contradicciones muy evidentes, porque por un lado dicen que las paritarias son libres y, por otro, están fijando un techo», se quejó de la postura gubernamental.
Sobre el pago único, de la Vega señaló por Cadena ECO que «no sabemos quien lo echó a rodar, pero nos preocupa porque resulta ser algo absolutamente inaceptable. Es evidente que los que hicieron este cálculo no lo compararon con la negociación que hicimos, ya que nosotros estamos convencidos que era mucho más beneficiosa para todos».
En relación a la situación formal, aseguró que «todo lo habíamos hecho de palabra, nunca hubo un texto escrito y mal lo podíamos homologar» y agregó que «las negociaciones siguen abiertas, aunque nos gustaría tener precisiones sobre las reglas de juego, para no nogociar unos números que luego, directa o indirectamente, son vetados».

En medio de la polémica entre gremios, empresarios y el Gobierno por las paritarias, una encuesta elaborada en los últimos días asegura que tres de cada cinco trabajadores temen que los aumentos de sueldo no alcancen para mantener el poder adquisitivo.
Se trata de un sondeo elaborado por el Grupo RHUO y la UAI que señala que la principal preocupación para los trabajadores es que las subas salariales no vayan a la par del costo de vida, opción que fue elegida por el 62,5% de los consultados.
Asimismo, el informe arrojó que si bien un 40 por ciento de los encuestados admite estar satisfecho con las posibilidades de ascenso laboral, solo un tercio se encuentra conforme con su nivel de ingresos.
Otro dato que destaca de los resultados es el anhelo de un trabajo sin relación de dependencia. Según los números de RHUO y la UAI, para un 67 por ciento de los consultados trabajar de manera independiente es un modelo a seguir.
En tanto, aunque los ingresos constituyen una de las máximas preocupaciones de los trabajadores encuestados, también se desprende de este estudio que, cuando de intereses se trata, la posibilidad de desarrollo (41,2 por ciento) y la estabilidad (32,8 por ciento) siguen estando por encima de la generación de ingresos altos (21,6 por ciento).
Para esta encuesta fueron consultados 1000 hombres y mujeres de la Ciudad de Buenos Aires, el Gran Buenos Aires y el interior de la provincia que actualmente trabajan.

(DyN) – El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, evitó confirmar si el Gobierno procura imponer un tope salarial del 25 por ciento en las negociaciones salariales con los gremios, pero pidió que se acuerde «un número razonable» en los incrementos, ya que «no se puede ir de madre» la situación.
Sobre el supuesto tope en paritarias del 25 por ciento, el ministro advirtió que «cualquier decisión que se tome, no se puede ir de madre, tiene que ser un número razonable, que no repercuta en los precios, y eso es lo que va a haber que discutir».
Igualmente, aclaró que no pretende «ser el que venga a poner un número, porque no tengo por qué hacer eso», al hablar en su habitual contacto con periodistas en el ingreso a la Casa de Gobierno.
Sobre el tema, pidió «un punto en el que todos se encuentren satisfechos», y señaló que en algunas oportunidades «los dos no se van contentos, pero la situación es lo suficientemente positiva», tanto para empleadores como empleados.
«Si son paritarias libres, uno no tiene que meter la cuchara; el número va a tener que salir de la discusión, una vez que estén sentados a la mesa, pero es un tema en el que no tengo que meterme», insistió el funcionario.

(DyN) – La disputa entre las distintas vertientes sindicales y el Gobierno recrudeció con el reclamo del moyanismo de aumentos salariales por encima del 40 por ciento, porcentaje que había sido rechazado por funcionarios kirchneristas y la dirigencia industrial, al tiempo que el gastronómico Luis Barrionuevo no descartó que su gremio realice un paro, al igual que el anunciado por los metalúrgicos.
El secretario general del gremio de Dragado y Balizamiento, Juan Carlos Schmid, reafirmó la postura de la mayoría de los sindicatos de reclamar aumentos salariales por encima del 40 por ciento.
«El año pasado (el aumento salarial) fue del 34 por ciento para nuestro gremio. No puedo sentarme a discutir por debajo de esa cifra, y además vamos a agregar el reclamo por Ganancias, que oscilaba entre los 8 y los 10 puntos», advirtió.
Por su parte, Barrionuevo amenazó con medidas de fuerza si su gremio no logra un aumento del 20 por ciento como adelanto de las paritarias de julio.
En referencia al paro de la UOM, Barrionuevo justificó la decisión de su par Antonio Caló, ya que «volvió a su congreso de Mar del Plata con las manos vacías» tras las negociaciones paritarias y en situaciones como esas un dirigente sindical «no tiene otro destino que pintarse la cara».
Los metalúrgicos resolvieron un paro de 36 horas, con fecha a determinar el martes 21, precisamente cuando se reanude el contacto con las cámaras empresarias en el Ministerio de Trabajo.
Por su parte, Schmid reclamó aumentos superiores al 40 por ciento, al día siguiente de que el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, dijera que no encontraba «fundamentación» para ese porcentaje.
«En los últimos tiempos estamos acostumbrados a mirar la realidad desde cristales distintos, por lo menos entre el sindicalismo y la visión de los propios funcionarios. Si el año pasado hubo una inflación que trepó por encima del 35 por ciento y este año no sabemos hasta dónde va a llegar la proyección, naturalmente no se puede asegurar que no ha habido deterioro del salario», sostuvo Schmid.
El gremialista aseguró que la inflación es «el punto central del reclamo» y advirtió que la combinación con el impacto del impuesto a las Ganancias «hace que se pierda y se distorsione el espíritu de la negociación». En declaraciones a radio FM Uno, Barrionuevo juzgó que «muchas organizaciones sindicales que han firmado a la baja (anteriores acuerdos salariales), fundamentalmente los que son adictos al Gobierno, los que van a aplaudir al Gobierno» se encuentran en la actualidad «con salarios magros porque se los comió la inflación».
«Caló lo aclara muy bien: no es un paro contra el Gobierno, contra Cristina (Kirchner), porque él jamás va a parar contra Cristina, pero en el reciente Congreso de Mar del Plata de la UOM los metalúrgicos están diciendo que están mal porque vienen con tres años de desfase (por la inflación) en el poder adquisitivo», advirtió.
Para Barrionuevo, Caló «podría haber dicho ‘quite de colaboración o una huelga de 24 horas’, pero debe ser tanta la calentura porque lo dejaron solo (desde la Casa Rosada) que el ‘tano’ dijo: ‘vamos por la 36 horas, si no me prenden fuego los delegados metalúrgicos de todo el país'».