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Un trabajo de economistas del Ieral de Fundación Mediterránea da cuenta del impacto real que podría tener el proceso recesivo este año. En ese sentido, se señala que la recaudación de impuestos asociados al mercado interno cayó 8% en octubre en términos reales, cuando en el tercer trimestre lo había hecho un 7,4%.

Desde el equipo económico del Ieral advierten que debe tenerse en cuenta, sin embargo, que se está comparando con meses del año pasado en los que se anticipaban consumos por la expectativa de devaluación.

Asimismo, los indicadores de confianza siguen mejorando, fenómeno que no se considera contradictorio con la contracción de la demanda: ocurre que la actual recesión responde más al cambio de precios relativos (por la inflación reprimida heredada) que a un fenómeno de desconfianza y fuga de capitales.

Qué esperar
En el primer mes del cuarto trimestre, se mantienen algunos «brotes verdes» (patentamientos de autos subió 4,2% interanual), pero subsisten números marcadamente negativos como los despachos de cemento (-17,7% interanual), y las exportaciones a Brasil (-15,2% interanual).

A tres semanas de iniciado el segundo semestre, las expectativas sobre la economía argentina empeoran: lejos del entusiasmo por una inminente reactivación, el consenso de pronósticos de consultoras y bancos de inversión indican una fuerte caída de la actividad no sólo para el trimestre pasado sino también para el actual. Tal vez el dato más preocupante es que tampoco se prevé crecimiento para la última parte del año, con lo cual no habría rebote hasta enero próximo.

En la misma línea, aunque bastante más pesimistas que los cálculos del propio Banco Central, donde se estima que entre abril y junio la economía se contrajo 0,9%, para los privados el PBI habría registrado una caída de 2,7% en ese trimestre y lo volverá a hacer otro 2% en los próximos meses, en el peor trimestre desde 2014. En otras palabras, la recuperación económica no sólo no se insinuaría entre julio y septiembre, sino que ni siquiera se encontraría un freno a la recesión.

Esa es la proyección promedio de unas treinta entidades locales e internacionales que surge del último reporte de LatinConsensus Forecast, uno de los indicadores de referencia que suelen seguir de cerca los funcionarios del equipo económico, según indica Perfil.

Hace apenas tres meses, ese mismo informe reflejaba una expectativa mucho más optimista, según la cual la recesión terminaba en junio y hacia octubre se retomaba una senda de crecimiento con un repunte de 2,2% en el último trimestre del año.

Pero ahora nadie cree que esas estimaciones pueden cumplirse y su revisión indica que finalmente no será a lo largo del segundo semestre cuando se registre el punto de inflexión a partir del cual se recuperaría la actividad. Para ese período se prevé ahora crecimiento nulo.  Recién en el primer trimestre de 2017 se registraría una ligera reacción con un avance de 0,7%.

Así, en términos anuales, la caída esperada para este año es de 1%, dato que comparten otros organismos internacionales como el FMI y el Banco Mundial, además del propio Ministerio de Hacienda y Finanzas.

En este contexto, dos variables clave según LatinConsensus serán: mantendrán su performance negativa en términos interanuales el consumo y la producción industrial. En el caso del consumo, la contracción prevista es de 1,8% mientras que la industria retrocederá 1,2%. En contrapartida, el alivio empezaría a llegar por el aumento de las exportaciones, que ya registraron un incremento en mayo de 2,7% gracias al agro y para las que se espera una suba anual de 3,5% en 2016 para motorizar la reactivación en 2017 con un salto de 8,4%.

En el estudio también se señalan otros factores que contribuirían a mejorar las perspectivas de cara al año próximo como “la apuesta de Macri a estimular la demanda interna” con el tope al aumento de tarifas y las mejoras en las jubilaciones. Más aún –dice la economista Diana Mancellari, autora del reporte– “a pesar de contar con una minoría en el Congreso, se logró aprobar una amnistía impositiva con el objetivo de incrementar los recursos fiscales”.

En este sentido, tanto la expectativa oficial como del mercado es que el blanqueo duplique el piso de los US$ 20 mil millones pronosticado por el Presidente.

De cumplirse este objetivo, podría producirse un “efecto derrame” en determinados sectores de la economía, como el inmobiliario y también el automotriz. “Una vez que blanquearon, muchos que no gastaban la plata para que no hiciera ruido con su declaración, ahora pueden decidirse a comprar autos o departamentos” dice el abogado Marcelo Etchebarne.

La Bolsa de Cereales de Córdoba emitió un duro comunicado en el que plantó su posición en relación a la difícil situación que atraviesa el rubro agropecuario, afirmando que la superficie sembrada de los diferentes cultivos caerá en la próxima campaña porque el campo está «en crisis» porque el sector «está golpeado y desfinanciado».
Según reproduce el sitio Agroverdad, el documento analiza que “ante un contexto internacional que no luce favorable, en el ámbito local se mantienen medidas que acentúan las distorsiones en la economía y en los mercados agropecuarios que agregan incertidumbre: cupos, retenciones, esquema impositivo retrógrado e inadecuado, discrecionalidad en la toma de decisiones, no respeto a las instituciones y falta de diálogo”.
Por eso, la Bolsa de Cereales de Córdoba “expresa su preocupación sobre esta grave situación que le toca atravesar a la cadena agroindustrial y a otras numerosas actividades”.
La institución señala que en Córdoba y en el resto del país, muchos campos quedarán sin sembrarse como consecuencia de la nula rentabilidad de los cultivos. Los números del maíz cierran en rojo al igual que los de soja en campo arrendado (más del 50% del área) y la incertidumbre en el mercado triguero redujo la siembra entre un 20% y 30%. Los costos aumentan, la infraestructura para el traslado de la producción es deficiente y la implementación de tecnología a los cultivos es cada vez menor. Avanzando en los eslabones de la cadena, la cantidad de frigoríficos y tambos que deben abandonar la actividad aumenta, la venta de maquinaria agrícola cae y con ello la producción de equipos, entrando en riesgo miles de puestos de trabajos en los pueblos.
De esta manera, la Bolsa remarca que “la crisis del campo nos golpea a todos, repercute en los ingresos y empleos de las ciudades, pueblos del interior e incluso las urbes más grandes. El Gobierno Nacional le da la espalda a esta realidad, y no se hace cargo de la gravedad de la crisis que hoy enfrenta buena parte del territorio argentino. Si bien el 15 de julio se realizaron anuncios que contemplan la devolución de una parte de las retenciones, se trata de una política que se aplica de forma arbitraria, discrecional e inequitativa a un número limitado de productores. Es una medida que no influirá en absoluto en las decisiones de producción, debido a que el sector necesita más certezas, y menos burocracia”.
“El campo está golpeado y desfinanciado. A futuro, el panorama es tremendamente desalentador”, sentencia la declaración.
“De no mediar un cambio en la política, la situación será aún más complicada y se tornará insostenible. En el corto plazo se necesitan medidas urgentes: eliminación de ROEs, eliminación parcial o total de retenciones y un tipo de cambio competitivo o diferencial para el agro. En el largo plazo, la clave debe ser la competitividad de la cadena agroindustrial argentina, con una visión federal. Debe surgir de la interacción entre los sectores públicos y privados, con diálogo, disenso y consenso, pregonando el respeto de las partes. Lógicamente que infraestructura y reglas claras son pilares fundamentales para lograrlo. Asimismo, la cadena debe pensar como una unidad y no como actividades con intereses contrapuestos”, agrega el comunicado.
Y concluye expresando que “la Bolsa de Cereales de Córdoba, al igual que otras instituciones, se suma al pedido de apertura al diálogo y brinda su voluntad de colaboración para solucionar este problema que es de todos los argentinos”.
La Rural, muy crítica
La opinión de la Bolsa se conoce al mismo momento en que abrió sus puertas la Rural de Buenos Aires con duras palabras de parte del presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Luis Etchevehere.
Entre otras cosas, Etchevehere advirtió que «sería una mala noticia» que el precandidato presidencial del Frente para la Victoria, Daniel Scioli, mantenga la política agropecuaria impulsada por el kirchnerismo durante la última década en caso de imponerse en las elecciones de octubre.
Durante el tradicional corte de cintas de la muestra 129° de Palermo, el electo jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, se mostró a favor de «reducir» o «eliminar las retenciones» a las exportaciones granarias, y consideró necesario «sacarle el pie que le pusieron en la cabeza al campo en estos diez años».
El actual jefe de Gabinete -que reemplazó a Mauricio Macri, ausente por un tema de «agenda»- instó también a «volver al diálogo» entre la Nación y la dirigencia rural, aunque dudó que «de un día para el otro el Gobierno saque un plan de la galera» para favorecer al sector agropecuario.
Sin contar con representantes de la Federación Agraria Argentina (FAA), Etchevehere estuvo acompañado de sus pares de CRA, Rubén Ferrero, y de CONINAGRO, Egidio Mailland, quienes en diálogo con DyN apoyaron los pedidos realizados por la Sociedad Rural respecto a la necesidad de contar con definiciones políticas por parte de Daniel Scioli.
«En el campo, se pueden generar 700 mil puestos de trabajo en forma directa y 400 mil de manera indirecta, es decir un 1,1 millón de empleos de aquí al 2020, y esto es lo que está en juego en estas elecciones: todos los partidos de la oposición han presentado por escrito lo que harían con este sector que aporta el 60 por ciento de las divisas que entran al país y representa un tercio de la mano de obra», dijo Etchevehere.
Agregó que «lamentablemente hasta ahora el oficialismo no lo ha hecho, cuando venimos de doce años de políticas del oficialismo que han perjudicado la actividad agropecuaria: con 138 frigoríficos cerrados, 18 mil trabajadores de la carne en la calle, desaparecieron 34 mil productores ganaderos, sembramos el mismo trigo que hace 100 años, y hay desocupación y ruptura de la cadena comercial en el Interior».
«Por esto, tenemos que preguntarle al candidato del oficialismo (del Frente para la Victoria), por escrito, como han hecho otros, no es acto de soberbia: no basta con decir ‘vamos a revisar las retenciones'», dijo Etchevehere, y consideró que «necesitamos algo más concreto».
Por ello, la SRA reclamó «definiciones» sobre la situación futura de las retenciones, ROEs, política cambiaria y monetaria, entre otras cuestiones, y por ello, según Etchevehere, «sería más que una mala noticia» que Scioli, de triunfar en las elecciones presidenciales de octubre, se disponga a mantener la política agropecuaria impulsada por el kirchnerismo.
El dirigente ruralista consideró que «ojalá» Scioli pueda «revisar la frase» dada por el candidato que refirió que con su administración ‘no se dará un paso atrás’ con la política impuesta en los últimos años.

La crisis que atraviesa desde hace años el sector frigorífico, producto de las trabas al mercado introducidas por el Gobierno nacional sumadas a la coyuntura complicada que atraviesa a la mayoría de los rubros de la economía, se llevó puesto otro matarife regional cordobés.
Se trata de «El Maná» (ex Estancia La Trinidad), radicado en Oncativo, que le comunicó oficialmente la decisión de cerrar sus puertas a la Asociación de Frigoríficos e Industriales de la Carne (AFIC), según confirmaron desde dicha entidad.
En total, este frigorífico empleaba directamente a 52 personas, la mayoría de Oncativo y otras poblaciones del departamento Río Segundo.
«Cerró definitivamente por la caída de la actividad, sumada a una baja de los precios de los subproductos contrapuesto al fuerte aumento de costos. Un combo mortal», señalaron fuentes de AFIC.
Cabe destacar que se trata de un matarife que faenaba en promedio unas 2.000 cabezas de ganado vacuno y unas 1.000 de porcinos por mes; un nivel de actividad medio en el ámbito provincial.
De todos modos, ya el año pasado había exhibido un fuerte deterioro de la actividad, cayendo de 35.000 cabezas bovinas faenadas en 2013 a 27.000 en 2014; y de 15.000 porcinas a 13.000. En términos de dinero, esto significa que facturó nominalmente más o menos lo mismo, pero que perdió contra la inflación.
Este cierre se suma a varios que ocurrieron en los últimos años y que tuvieron como punto cúlmine el 2014 cuando cesaron de trabajar dos de los de mayor actividad en la última década: Carnes Huinca y Estancias del Sur. Antes, ya había también dejado de operar otro histórico: Col-Car.
Paro del SENASA
Si bien este cierre no tiene relación directa, ocurre en medio de los problemas que está generando en todo el país el paro de actividades decidido por trabajadores del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA).
A nivel nacional, hay nueve frigoríficos exportadores que tuvieron que cancelar su actividad hasta que se solucione este tema.
Desde AFIC manifestaron a este medio que, por ahora, los frigoríficos cordobeses están a salvo de estos problemas.

(DyN) – La producción industrial cayó en mayo 0,9 por ciento en forma interanual arrastrada por el sector automotor y acumuló 22 meses consecutivos de retroceso, según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
De esta forma, en cinco meses el sector manufacturero muestra una retracción de 1,7 por ciento.
Respecto de abril la industria mostró una suba 0,2 por ciento, bajo la medición desestacionalizada.
De acuerdo con el informe oficial, la industria automotriz se redujo en mayo 9 por ciento en la comparación interanual y en los primeros cinco meses del año bajó 15,8 por ciento.
La reducción de la demanda en el mercado interno y de las exportaciones a Brasil explican el comportamiento del sector, que acumula casi dos años en retroceso.
Por su parte, la siderurgia sufrió en mayo una disminución de 13,5 por ciento, a partir de disminuciones de 15,9 por ciento en la producción de acero y de 3,2 por ciento en la de aluminio.
El sector muestra desde enero una disminución de 9,4 por ciento.
Entre las principales ramas que forman el indicador, también se destaca una baja de 2,8 por ciento en la refinación de petróleo, que de tomas maneras mantiene un saldo positivo de 6,3 por ciento en lo que va del año.
La industria alimenticia retrocedió 2,7 por ciento en el mes y 0,4 por ciento desde enero. La caída más pronunciadas fue de 19,6 por ciento y se produjo en la molienda de cereales.
En tanto, la industria textil sufrió una merma de 2 por ciento en mayo y así en cinco meses retrocedió 8,5 por ciento.
Estas caídas se compensaron con subas en la elaboración de materiales para la construcción, productos químicos y en papel y cartón.
En el primero de los rubros la expansión fue de 2,6 por ciento, empujado por un progreso de 7,6 por ciento en cemento. En el balance de los primeros cinco meses se verificó un avance de 6,3 por ciento.
En productos químicos la mejora fue de 5,2 por ciento y equilibró el resultado de los primeros cinco meses del año.
En tanto, en papel y cartón se observó un avance de 4,2 por ciento y 2,8 por ciento para cada una de las mediciones.

(AP) – Francisco Xavier salió del establecimiento de préstamos al día (montos chicos) con más cara de enfado que cuando ingresó en el lugar. Le negaron un crédito y ahora no sabe cómo hará para saldar unas deudas que se le han salido de control, incluidas las de las tarjetas de crédito que le consumen casi la mitad de su ingreso mensual.
Xavier es taxista y figura entre las filas cada vez más grandes de «súper deudores», personas que subieron a la clase media durante el auge económico que duró casi una década en Brasil pero que ahora están endeudadas hasta el cuello mientras se paraliza la economía de su país, la más grande de América Latina, con el consiguiente aumento de la inflación y el desempleo.
Las principales oficinas de información de crédito de Brasil calculan que hasta abril, más de 55 millones de brasileños estaban rezagados en los pagos de sus tarjetas o préstamos.
La cifra equivale al 37% de la población adulta de los 200 millones de habitantes del país y va en aumento.
De acuerdo con la oficina de información de crédito SPC, las listas de personas en esa situación aumentaron en unas 700.000 desde enero, cuando los principales establecimientos de esa especie comenzaron a trabajar juntos en listas combinadas por primera vez.
Soraia Panella, coordinadora del servicio a clientes en la agencia de protección al consumidor Procon en Río de Janeiro, dijo que ve con frecuencia personas que viven al filo de la estabilidad financiera y caen en un agujero del que les es casi imposible salir debido a un infortunio súbito.
«A la mayoría de las personas que vienen aquí se les salen primero las lágrimas y después no paran de llorar. Se sienten avergonzados y creen que no pueden salir de su problema», dijo Panella, cuyo equipo ayuda a unos 450 deudores a que fusionen sus pagos todos los días.
«Creo que se va a poner mucho peor de lo que ya está», agregó.
Después de que Brasil registrara en 2010 su máximo nivel de crecimiento de 7,5%, su economía se ha desacelerado de manera continua. Este año, se contrajo 0,2% en el primer trimestre y según pronósticos retrocederá 1% todo el año.
El auge del crecimiento se debió en parte a la avidez de China por materias primas brasileñas, como mineral de hierro y soja. Sin embargo, los gobiernos de izquierda de la presidenta Dilma Rousseff y en especial del predecesor de ella, Luiz Inacio Lula da Silva, dependieron considerablemente de los consumidores para impulsar el crecimiento durante casi una década.
Entre otros aspectos, el gobierno otorgó beneficios fiscales para alentar las ventas de coches, eliminó un impuesto a artículos costosos para el hogar, bajó las tasas de interés e incentivó a los bancos para que extendieran créditos a los brasileños de clase media baja.
El consumo interno, que en 2004 representaba el 53% del producto interno bruto de Brasil, aumentó a 63% del total en 2014. Los consumidores provistos con tarjetas de crédito y beneficiados con incentivos fiscales compraron pantallas planas de televisión, refrigeradores, motonetas y vehículos compactos.
Con acceso fácil a los préstamos y habituados a comprar en varios pagos mensuales artículos de poco precio como zapatillas deportivas e incluso alimentos, los consumidores brasileños acumularon tantos recibos de pago que ahora destinan el 30% de sus ingresos disponibles a liquidar sus deudas, dijo el Banco Central.
En contraste, los consumidores en Estados Unidos destinan al pago de sus deudas poco más del 5% de sus ingresos, según la Reserva Federal.
Ahora ese endeudamiento amenaza con convertir nuevamente en pobres a algunas personas que habían logrado escalar a la clase media.
Según la Agencia Brasil de noticias, a finales de 2014 el número de personas en extrema pobreza aumento 3,5% sobre el año anterior, por primera vez en una década. Las cifras de 2014 no están disponibles todavía.
Gran parte del problema, según los analistas, se debe a las tarjetas de crédito, que se han comercializado de forma agresiva entre consumidores de bajos ingresos a costos muy elevados.
Las tasas de interés aplicadas a tarjetas de crédito en Brasil son astronómicas y alcanzan alrededor de 200% al año en comparación con 12% en Estados Unidos.
Los bancos brasileños afirman que las altas tasas se justifican porque carecen de información sobre el historial crediticio de las personas, en tanto que los detractores afirman que las instituciones financieras simplemente explotan a sus clientes.
Cualquiera que sea la causa, el retraso en un pago puede convertirse en una abultada deuda como si fuera una bola de nieve.
«Las tarjetas de crédito son mi tentación», dijo Xavier, el conductor de taxi.
Las compras de aparatos y muebles para su nuevo apartamento y el derroche en artículos como ropa y perfumes devinieron en pagos de tarjetas de crédito que le consumen casi la mitad de su ingreso mensual equivalente a unos 2.000 dólares. Después de pagar la renta y el sustento de sus cuatro hijos, Xavier dijo que no le queda casi nada y lamenta tener tarjetas de crédito.
«Desearía hacerlas cachitos», apuntó.
Debido a los años de hiperinflación que vivió el país a principio de la década de 1990, entre los brasileños como Xavier se volvió hábito gastar rápido o ver como su dinero perdía valor de la noche a la mañana.
«Los consumidores en Brasil viven en el límite», dijo la economista en jefe de SPC, Marcela Kawauti. «Gastan todo lo que ganan al mes… y no les preocupa demasiado tener un colchón por si sucede algo».
Paula Dutra Alves, que vive en Río y cuyo único ingreso mensual es un cheque equivalente a 254 dólares por discapacidad debido a un problema en la espalda, dijo que su calidad de vida va en deterioro.
Después de que los médicos le diagnosticaran una hernia, Alves pidió prestado a un establecimiento de créditos al día (montos chicos) para comprarse unas medicinas y pagar rentas atrasadas de su casa.
Debido a los intereses, su préstamo equivalente a 540 dólares se infló en unos cuantos meses a 1.325 dólares. Ahora no sabe cómo pagar y teme que pronto esté viviendo en las calles.
«Me cambié a un lugar más barato, dejé de utilizar el autobús e incluso reduje mis compras de alimentos», señaló Alves. «Ya no hay más de donde cortar», afirmó.

(DyN) – La actividad industrial en abril bajó 1,5 por ciento respecto al mismo mes del año pasado y acumuló 21 meses de resultados negativos, esta vez arrastrada por el sector automotor y la siderurgia, según informó hoy el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
De esta forma en cuatro meses la producción manufacturera se contrajo 1,8 por ciento comparando con igual período de 2014.
Con relación a marzo, la industria avanzó 0,4 por ciento en la medición desestacionalizada.
Al igual que en los últimos meses, la debacle se explica por la industria automotriz que sufrió una contracción de 20,7 por ciento con relación a abril del año pasado.
Pero además, en abril se agregó la mala performance de la siderurgia, que tuvo una caída de 19 por ciento. La producción de acero crudo se redujo 23,1 por ciento y la de aluminio primario 0,8 por ciento.
El tercer sector sensible que se mostró en baja fue el textil, que de acuerdo con la medición del INDEC se redujo 6,3 por ciento.
Uno de los segmentos que moderó la pendiente industria fue la refinación de petróleo, que creció 8 por ciento frente al resultado de abril pasado.
La producción de materiales para la construcción se sumó al renglón de datos positivos con una suba de 6,9 por ciento, traccionada por la elaboración de cemento que aumentó 13,3 por ciento.
En tanto, la industria alimenticia mostró una expansión de 4,9 por ciento, a partir de avances de 7,4 por ciento en molienda de cereales y oleaginosas, de 4,6 por ciento en lácteos, 6,5 por ciento en bebidas y 4,7 por ciento en carnes rojas.
Asimismo, para el INDEC la industria del papel y cartón mejoró 4,9 por ciento, mientras que la de edición e impresión bajó 0,4 por ciento.
La producción de productos químicos subió 1,2 por ciento frente al mismo período del año pasado.

(DyN) – El Fondo Monetario Internacional (FMI) recomendó a la Argentina llevar adelante «políticas macroeconómicas más restrictivas combinada con un tipo de cambio más débil, para un retorno a la estabilidad y el crecimiento».
El organismo difundió su informe sobre las «Perspectivas Económicas del Hemisferio Occidental» donde detalló que el país tendrá en 2015 una caída en su PBI del 0,2 por ciento.

Si hay un sector que ha venido escapándole al estancamiento y posterior recesión que viene sufriendo la economía, es el financiero. Los bancos han venido siendo una especie de isla que, lejos de sufrir por el contexto negativo, han seguido mostrando balances con números “azules”.
Sin embargo, parece que esta tendencia se está comenzando a revertir. Si bien el “rojo” en las cuentas aún no aparece en el horizonte, las ganancias se redujeron casi un tercio de un año a otro.
Según el informe sobre Bancos que elabora el Banco Central de la República Argentina (BCRA) mensualmente, en febrero el sector financiero nacional en su conjunto ganó $ 4.300 millones, acumulando $ 9.236 millones en el primer bimestre y casi $ 42.000 millones en los últimos doce meses.
De todos modos, el dato relativo es que este nivel de ganancias de la banca muestra un descenso de 30 respecto de los primeros dos meses de 2014, lo cual estaría anticipando una variación en la tendencia registrada en los últimos años, según fuentes del sector.
El informe del BCRA explica que la disminución de las ganancias contables en febrero se debió principalmente a los “menores ingresos por intereses y por servicios”.
Esto ocurre, como se mencionó, tras varios años con fuerte crecimiento de la rentabilidad bancaria, aún con una economía en retroceso.
En rigor, de $ 19.415 millones que ganaron en 2012, saltaron a $ 29.142 millones en 2013 y a $ 46.000 millones el último ejercicio.

(DyN) – La producción de las pequeñas y medianas industrias (PyMEs) cayó 4,7 por ciento interanual en marzo y acumula 20 meses consecutivos a la baja, reportó la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
Con ese resultado, el sector acumuló una caída promedio de 4,5 por ciento interanual en el primer trimestre del año.
El reporte corresponde a la Encuesta Cualitativa Industrial mensual que realiza la entidad, según la cual las bajas interanuales más acentuadas se registraron en Productos de metal, maquinaria y equipo (-7,8%), Madera y muebles (-6,3%), Papel, Cartón, edición e impresión (-6,2%), Productos de caucho y plástico (-5,9%), y Calzado y marroquinería (-5,1%).
«El panorama general para la industria PyME sigue siendo recesivo, afectado por la menor demanda, costos en alza, deterioro en la rentabilidad, dificultades para conseguir algunos insumos, y un estiramiento en la cadena de pagos que complica la situación financiera», explicó la CAME.
La encuesta estableció además que «3 de cada 10 industrias declaró que se deterioró su cadena de pagos, con atrasos preocupantes. A su vez, la falta de insumos en algunos sectores está demorando las entregas de los proveedores y complicando la venta justo cuando más liquidez necesita el industrial».
Marzo fue un mes «regular» para el 60,8% de las industrias consultadas y entre «malo» y «muy malo» para el 12,2%.
A pesar de ese contexto, la CAME mencionó que «hubo dos datos positivos. Por un lado, se redujo la cantidad de industrias con caídas anuales en sus niveles de producción, aunque todavía son una minoría las que crecen. Por otro, mejoraron levemente las expectativas y más empresarios esperan que en los próximos seis meses la producción pueda repuntar».
Sin embargo, la rentabilidad «sigue comprometida, y en marzo el aumento de costos promedio industrial fue 2,7 por ciento. La mayoría no trasladó inmediatamente a precios finales esas subas, sino que lo irá haciendo siguiendo el pulso de la demanda», aseguró el informe.
En cuanto a las inversiones, éstas «siguen frenadas, y cayó a sólo 11 por ciento el porcentaje de industrias con desembolsos previstos para este año. La mayoría de esas inversiones son para ampliar la oferta y no la capacidad tecnológica», puntualizó la encuesta.