El caso Nisman sigue sumando cada día elementos que lo transforman en un culebrón que ni la serie policial de televisión más alocada podría imaginar.
Ahora, casi tres meses después de la muerte del fiscal, se realizó un allanamiento en la casa de su madre, Sara Garfunkel, a donde se encontró un arma calibre 22 de similares características a la que el asesor informático Diego Lagomarsino supuestamente le prestó a Nisman y que fue la que le provocó la muerte.
Como era de esperar, semejante novedad automáticamente generó polémica. La primera en salir a hablar fue la jueza federal y ex pareja de Nisman, Sandra Arroyo Salgado, quien advirtió que el hallazgo del arma perteneciente a su ex esposo, Alberto Nisman, «cambia el escenario» de la investigación por la muerte del fiscal.
«No me corresponde a mí hacer conjeturas al respecto, quiero ser muy prudente con el trabajo de la jueza y la fiscal. Pero para mí esto cambia todo, cambia todo el escenario obviamente, pero quiero ser prudente al respecto», señaló.
En declaraciones a radio Vorterix, la magistrada afirmó que «no sabía» de la existencia de la pistola hallada en la casa de Garfunkel y sostuvo que el fiscal «nunca tuvo un arma» en los distintos departamentos que compartieron durante su convivencia.
Sin embargo, la fiscal Viviana Fein, con la que Arroyo Salgado tiene un abierto enfrentamiento, declaró que el hallazgo del arma perteneciente al fallecido ex titular de la UFI-AMIA «no modifica nada» la investigación de su muerte.
«Van a hacerse las pericias de rigor, pero no modifica nada, porque tenemos que seguir investigando qué es lo que le ocurrió al doctor Nisman: si fue un suicidio, si fue un homicidio o una muerte inducida», afirmó también en declaraciones a radio Vorterix.
Quien también sumó su habitual aporte a la polémica fue el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, quien calificó como «extraño» que la madre del fallecido fiscal no informara de la existencia de un arma en su domicilio, cuando su hijo le solicitó una similar a su asistente, Diego Lagomarsino, antes de ser hallado sin vida, y sentenció que el allanamiento se realizó «90 días» tarde.
«Que la madre no diga nada del arma, cuando Lagomarsino le proveyó una igual al hijo, son cosas extrañas», expresó el ministro, quien planteó «por qué no se hizo el allanamiento 90 días antes» en la vivienda de Garfunkel.
Según el funcionario, «deberían haber allanado en forma inmediata, sobre todo sabiendo que la madre había pasado por la sucursal 15 y la sucursal 17 del Banco Ciudad, y habían sacado todo lo que había en las cajas» con pertenencias del fiscal fallecido.
Esa situación, según evaluó, fue «algo llamativo, entre un montón de razones», y mencionó que Garfunkel lo hizo «en pleno duelo» cuando «el hijo no había sido todavía sepultado». «En la religión judía se llama duelo de un mes, lo que no fue respetado por la madre. ¿Y si en la caja había una carta suicida? ¿Y si había acreedores o deudores que demuestran la situación del fiscal?», conjeturó el funcionario.
Además, Fernández expresó que le llama «la atención» que «habiendo sido Lagomarsino quien le proveyó el arma a Nisman, la madre no diga nada, que para qué le pide un arma a Lagomarsino (el hijo), cuando él tiene un arma de idéntica características en su casa», para concluir que «son todas cosas muy raras».
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