Si se hiciera un ranking de recesión a nivel nacional, contabilizando los datos de las 23 jurisdicciones que integran el país, Córdoba se ubicaría a mitad de tabla.
Esa es una de las conclusiones que puede sacarse de dos documentos que integran el último Informe de Coyuntura elaborado por el IERAL de la Fundación Mediterránea.
El primero, elaborado por el economista Jorge Day, se titula “el mapa regional muestra muy pocas provincias que escapan de la recesión” y, como resumen, señala que sólo en las provincias patagónicas y con alta actividad petrolera (Neuquén, Chubut y Santa Cruz) hubo un leve incremento de la actividad, mientras que las regiones más afectadas fueron Cuyo, la Ciudad de Buenos Aires y parte del noreste argentino (Corrientes y Formosa) “por la influencia de actividades con rentabilidad deteriorada por el atraso cambiario”.
En tanto, dentro de las provincias pampeanas, a donde se incluye Córdoba, “muestran caídas en línea con el promedio nacional, reflejando el impacto del parate automotriz”.
“Las tres provincias grandes con peor desempeño en la región, tanto en actividad como en empleo, son las más afectadas por la crisis de la industria automotriz”, señala Day.
Un dato preocupante en este contexto es que el economista sostiene que “para el futuro, los pronósticos no son buenos a nivel nacional y regional, porque no se esperan grandes cambios en la política económica (salvo que haya algún shock fuerte, como uno cambiario)”.
“Los costos crecientes en dólares seguirán desalentando las exportaciones, a los cuales se suma las restricciones para importar. La caída del precio del petróleo no juega a favor de algunas provincias patagónicas, más la necesidad de fondos por parte de la empresa estatal para llevar adelante sus inversiones. No son muy alentadoras las perspectivas para el próximo año”, diagnostica Day.
Préstamos y depósitos, en caída
En el mismo informe, las investigadoras Alejandra Marconi y Soledad Barone analizan “Un nuevo trimestre de caídas para el otorgamiento de créditos”, un relevamiento cuya principal conclusión es que el mercado financiero está perdiendo por sus dos ‘patas’: los préstamos y los depósitos.
“Los préstamos otorgados al sector privado no financiero han tenido al tercer trimestre de 2014 una caída de -14,2% respecto al mismo periodo de 2013, la mayor en lo que va del año, dando cuenta de una profundización del deterioro del crédito. La disminución del uso de este instrumento financiero se repite en todas las jurisdicciones del país, mostrando, desde otro ángulo, el freno que ha tenido la actividad económica durante este año, con caídas tanto de la inversión como del consumo de bienes durables”, señala el informe.
Y agrega: “Todas las regiones del país verificaron caídas mayores al 10%, siendo la más perjudicada la región Pampeana, con -14,4%. De entre las jurisdicciones que la conforman, la Ciudad de Buenos Aires fue la de mayor disminución de los préstamos otorgados, con -17%. Este dato es de importancia, ya que los créditos otorgados en la capital nacional representan el 47% del total del país”.
Sin embargo, Córdoba no asoma tan mal en este contexto, como puede observarse en el siguiente cuadro.
En cuanto a los depósitos, Marconi y Barone manifiestan que “esta actividad disminuyó un 7,9% en el tercer trimestre del año, situación que se venía verificando desde hace 4 trimestres, aunque esta es la variación negativa más fuerte observada”, producto de que “la evolución que han tenido las tasas de interés pasivas en el año las han tornado cada vez menos atractivas para los ahorristas que buscan protegerse de una inflación creciente”.
Córdoba, en este grupo, tampoco asoma como el de peores números.
El pronóstico de las economistas tampoco es muy optimista: “Las variables analizadas reflejan consistentemente la situación actual del país, con créditos cayendo por una menor inversión, debido a la situación de incertidumbre que se vive en la economía, y por la cual no se considera oportuno tomar riesgos. Por otro lado, aquellos que tienen un excedente en sus ingresos y que buscan resguardarse de la inflación, creciente este año, no encuentran una respuesta adecuada en los instrumentos financieros tradicionales, como el plazo fijo, y eso explica también, en parte, la creciente compra de dólar ahorro que el gobierno intenta frenar con mayores restricciones. Así es como, una vez más, las expectativas grises hacia el futuro, determinan una actividad económica negativa en el presente”.
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