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(Télam).- El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, precisó este jueves que el límite a la exención del impuesto a las Ganancias para el medio aguinaldo de diciembre es de 15.000 pesos con un tope salarial de 55.000 pesos brutos, y que el empleado deberá pagar Ganancias «sobre el excedente» que perciba.

Además explicó que la suma de $1000 que el Gobierno otorgará a quienes cobran Asignación Universal por Hijo (AUH) será “por grupo familiar” y alcanzará a 2,2 millones de familias y a los monotributistas, que también serán incluidos.

En el caso de los jubilados que perciban jubilación y pensión, recibirán la suma de 1.000 pesos por su condición de jubilado.

En diálogo con radio La Red reiteró que el foco de atención del Gobierno está centrado “en los que tienen más necesidades» y sobre los reclamos expuestos por el triunvirato de la CGT, el titular de la cartera de Trabajo pidió «mirar el contexto en que está el Gobierno en relación a los recursos fiscales» al señalar que «este es el esfuerzo que podemos hacer».

Sobre la convocatoria del Gobierno a la Mesa para la Producción y el Trabajo para el próximo miércoles, con la participación de empresarios y sindicalistas, Triaca aseguró que servirá «para que mejore la producción y el empleo para recuperar la movilidad social que perdió la Argentina en las últimas décadas».

Triaca se mostró optimista al referirse a la recuperación del empleo, al señalar que en julio «hubo un incremento de casi 5.000 puestos de trabajo y en agosto de 22.000».

«Se empieza a revertir la situación y a recuperar el sector de la construcción, y por otro lado, está un poco más lento el de la manufactura industrial vinculada a Brasil», remarcó el ministro de Trabajo.

El miércoles el ministro anunció que el Gobierno otorgará una suma de 1.000 pesos a los jubilados que cobran el haber mínimo -que se extenderá a quienes cobran la Asignación Universal por Hijo- y se eximirá hasta 15.000 pesos el pago del impuesto a las Ganancias sobre el medio aguinaldo para los salarios hasta los 55.000 pesos brutos, tras el encuentro que mantuvo con los dirigentes de la CGT unificada.

Al anunciar estas medidas, el Gobierno desalentó la posibilidad de un paro de la CGT, aunque las dos CTA, lideradas por Hugo Yasky y Pablo Micheli, mantienen una postura más dura y no descartan una medida de fuerza.

Tras el anuncio sobre impuesto a las ganancias realizado por la nueva administración de gobierno nacional, ¿cuáles serán sus efectos?
Según un informe de Fundación Mediterránea, un trabajador soltero (sin hijos) que se encontraba obteniendo ingresos apenas por encima de los $15.000 en 2013 (mínimo no imponible impuesto por decreto en ese año), tributaba en aquel año una alícuota legal del 23%, que hubiese resultados del 14% si hubiese tenido cargas de familia deducible (esposa y dos hijos). En 2015 dicho trabajador obtendría 25.346 pesos mensuales, en términos brutos, tributando una alícuota legal del 35% en el corriente año, sin haberse modificado su poder adquisitivo en los últimos dos años.
Por otro lado, la exención del aguinaldo del pago del impuesto lograría reducir levemente la carga del impuesto para el año 2015, pasando a significar el 12,8% de sus ingresos brutos, en lugar del 13,4% que implicaba el impuesto previo a la modificación. En cualquier caso, la presión tributaria sobre dicho asalariados resulta muy superior a cualquier año previo (12,8% del salario en 2015, versus 5,8% en 2012 y 0,9% en 2008).
El impacto de los cambios para el 2016
Respecto de los cambios barajados para el año 2016, su impacto dependerá de cómo se efectivicen las medidas. Una primera modificación posible a la ley del impuesto a las ganancias se vinculaba con la modificación del mínimo no imponible, dejando exentos a aquellos asalariados que ganen menos de $30.000 brutos mensuales.
Si el anuncio para 2016 finalmente considera que pagarán el impuesto quienes obtengan más de 30.000 pesos mensuales de ingresos en 2016, entonces no existirán demasiados cambios respecto a quienes son alcanzados o no por el impuesto, comparado con la situación actual. En cambio, si la reforma incluye también la modificación de los tramos de escala que definen la alícuota a aplicar, entonces sí existirá una caída importante en la presión tributaria efectiva sobre los sujetos alcanzados. No hay que esperar, entonces, que cambie en gran medida la cantidad de asalariados alcanzados, sino más bien que quienes ya son gravados ahora lo sean a una tasa efectiva sustancialmente más baja, recuperando progresividad en el tributo entre los sujetos alcanzados.
El efecto particular ante los escenarios posibles
El efecto de la medida dependerá de si se trata de 30.000 pesos mensuales de ingreso en 2015 o 2016. Si la vara para pagar o no el impuesto fueran 30 mil pesos de 2016, podría ocurrir inclusive que trabajadores que no estaban siendo alcanzados en 2016 si lo estén, tras el cambio del impuesto. Sin embargo, si la modificación fuera para aquellos trabajadores cuyo salario bruto excede los 30.000 pesos mensuales en el año 2015, la medida del gobierno liberaría a aquellos trabajadores (solteros) que en 2015 se encuentran obteniendo salarios de entre 25 y 30 mil pesos brutos por mes del pago de ganancias.
Si además de modificarse el mínimo no imponible, se actualizaran las alícuotas del impuesto (fijas desde el año 2000), el mismo trabajador en cuestión, que ganaba un monto apenas superior a 15.000 pesos brutos en 2013, y 32.442 pesos para el año 2016, en vez de pagar $ 71.134 anuales de impuesto, pagaría $ 26.686, pasando de tributar con la alícuota legal máxima a aplicársele una alícuota legal del 14%.
Esta situación implicaría pasar de una carga sobre el salario bruto del 20,07% a una del 6,33%, es decir, disminuiría la carga en prácticamente dos tercios. Con este mismo ejercicio, se tiene que para un trabajador casado con dos hijos, la modificación de las escalas del tributo implicaría una baja del impuesto a pagar en más de 20.000 pesos anuales, ya que pasaría a pagar 12.652 pesos en lugar de $ 35.703, y su carga sobre el salario bruto pasaría del 8,5% al 3,0%.
 

Un informe elaborado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) afirma que las modificaciones anunciadas recientemente por el Gobierno nacional en el Impuesto a las Ganancias no significarán ningún “costo fiscal” para el Estado y que, de hecho, la recaudación por ese tributo crecerá 40%, muy por encima de la inflación.
El documento toma validez teniendo en cuenta que Ganancias es uno de los puntos más conflictivos por los que los gremios opositores decidieron hacer una huelga nacional.
“Al momento de presentar los cambios dispuestos para la liquidación del impuesto se manifestó que, como consecuencia de los mismos, se iba a generar un importante costo fiscal. Una vez publicados los cambios, se puede afirmar en base a las conclusiones expresadas en los dos párrafos anteriores, que en realidad no es lógico hablar de costo fiscal”, manifiesta el IARAF que agrega que “lo que el fisco hará es resignar solamente una porción del incremento de recaudación real que hubiera obtenido por no adecuar los parámetros de cálculo del tributo según los niveles inflacionarios”.
El IARAF explica que para hablar realmente de “costo fiscal” propiamente dicho, la recaudación esperada debiera crecer menos del 27%, que es el valor que se ha tomado como parámetro para definir las paritarias y, de alguna manera, también la inflación. “Pero si por el contrario la recaudación esperada creciera en un porcentaje mayor, no existe costo fiscal sino simplemente una parcial resignación del aumento real de la presión tributaria que iba a producirse de no disponerse ningún ajuste”, insiste el análisis realizado por el titular del Instituto, Nadin Argañaraz, junto al economista Andrés Mir.
Según las estimaciones de ambos, en 2014 el importe aportado por trabajadores en relación de dependencia se ubicó en torno a $ 80.000 millones, sumando un aumento del 30% con respecto a los datos de 2013. Si se agrega un 27% sobre esa cifra, la cifra debería haber trepado hasta $ 101.600 millones pero el IARAF proyecta que, aún con los ajustes previstos en la resolución general 3770 del mes pasado, “el impuesto a las ganancias que pagan los trabajadores en relación de dependencia va a alcanzar en el año 2015 los $ 112.500 millones”.
En otras palabras, el aumento de recaudación nominal del fisco está en el orden del 40%, lo que significa 13 puntos más que la inflación. A valores reales, esto significa que los trabajadores abonarán $ 10.900 millones adicionales a la AFIP en relación a lo que hubieran aportado si Ganancias hubiera al menos acompañado la inflación real.
“Lógicamente este aumento de presión tributaria será inferior al que se hubiera verificado en caso de no disponerse adecuación alguna de los parámetros de cálculo (caso en el cual la recaudación estimada 2015 hubiera ascendido a $ 120.500 millones), pero esto no puede ser considerado un ‘costo fiscal’ sino que solamente implica un menor aumento de presión tributaria real”, cierra el informe.

Un informe elaborado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) asegura que los cambios anunciados por el Gobierno nacional en el Impuesto a las Ganancias, lejos de implicar una reducción en la cantidad de dinero que “perderán” los beneficiados por estas modificaciones, aumentará la presión tributaria sobre los mismos.
Con el sugestivo título de “Nunca menos”, el análisis realizado por el titular del IARAF Nadin Argañaraz y el economista Andrés Mir, sostiene que “los únicos trabajadores que no se verán afectados por un nuevo incremento de presión tributaria son aquellos que hasta el agosto de 2013 percibían remuneraciones brutas inferiores a $ 15.000, cualquiera sean los aumentos obtenidos a partir de entonces” pero que “en el caso de los trabajadores que percibían entre $ 15.000 y $ 25.000, el único beneficio que obtendrán es que el incremento del impuesto a las ganancias que deberán abonar en el año 2015 respecto al año 2014 se limitará a un porcentaje que oscilará entre el 35% y el 50%, mientras que si no se hubiera dispuesto modificación alguna ese porcentaje hubiera trepado a valores de entre el 50% y el 100%”.
El principal dato que surge del estudio del IARAF es que los “beneficios” de la resolución adoptada por el Ministerio de Economía consiste en un aumento de las diferentes deducciones que pueden hacer los trabajadores, tanto solteros como casados, para achicar el peso del impuesto. Dicho incremento, como máximo, llega al 25%, por debajo de la pauta salarial que se busca imponer para este año (27%).
“La combinación de incrementos en las deducciones inferiores a la probable pauta de negociación salarial y de tramos de escala congelados, implica que el trabajador alcanzado por el impuesto no verá disminuida su obligación impositiva en relación al año 2014, sino que por el contrario sufrirá un nuevo incremento de presión tributaria aún cuando este comprendido en el beneficio anunciado”, manifiesta el IARAF.
14 cuadrito IARAF Ganancias solteros 14 cuadrito IARAF Ganancias
Y completa que el impacto “para todos los beneficiarios, bajo el supuesto de un aumento de salarios nominales en paritarias del 25% para el año 2015” supone “un incremento de su obligación tributaria nominal superior a ese porcentaje (entre el 35% y el 50% según el caso) y en consecuencia nuevamente deberán destinar un porcentaje superior de su salario a pagar el impuesto, respecto al año anterior”.
Por ejemplo, un trabajador casado con dos hijos que percibía en 2013 un ingreso mensual bruto promedio de $ 16.500 (que considerando aumentos del 30% para 2014 y 25% para 2013 equivaldrá a un sueldo bruto promedio para 2015 de $ 26.813) pagó durante el año 2014 en concepto de impuesto a las ganancias un promedio de $ 1.414 mensuales, en tanto que este año deberá pagar por mes un promedio de $ 1.914 lo que supone un incremento del 35% de su obligación tributaria, valor diez puntos porcentuales superior al aumento salarial esperado. En el caso del trabajador soltero de similar ingreso el incremento del impuesto será aún más significativo alcanzando el 44%.
14 cuadro IARAF detalle Ganancias por sueldo
Por todo esto, el IARAF también desmiente lo señalado por el ministro Axel Kicillof sobre que estas modificaciones tienen un gran costo fiscal para el Estado. “La reforma propuesta no significaría ninguna pérdida fiscal para el estado, sino que por el contrario los ingresos fiscales provenientes del impuesto a las ganancias originado en las remuneraciones del personal en relación de dependencia, puede estimarse que se incrementarán respecto al año 2014 en términos nominales más que el 25% en que se verán incrementados los sueldos y, en consecuencia no habrá transferencia real de ingresos del sector público al privado sino que por el contrario los trabajadores alcanzados por el impuesto resignarán, por vía de mayor tasa efectiva de impuesto a las ganancias, un porcentaje del incremento nominal de ingresos obtenido en paritarias”, concluye el estudio.

El economista Ramiro Sosa Navarro, presidente del Instituto de Investigaciones Económicas de la Bolsa de Comercio de Córdoba fue el encargado de abrir las disertaciones llevadas a cabo en el último almuerzo de trabajo organizado por la entidad.
En su presentación, Sosa Navarro puntualizó sobre algunas variables como la economía norteamericana, la industria nacional, el comercio y la construcción. Pero hizo especial hincapié en dos variables: Impuesto a las Ganancias y emisión de deuda a través de bonos y letras.
Al respecto, mencionó que sólo en el último año la Argentina multiplicó por 4.7 su endeudamiento. “Del modelo de desendeudamiento a quintuplicar su endeudamiento en 2015 llegando a $26.300 millones”, explicó. “Eso derivó en que no sufra tanto el Banco Central”.
“Estas emisiones alcanzan para cerrar de manera ordenada el 2015”, preguntó Sosa Navarro. “Entre mayo y diciembre la Argentina tiene vencimientos por US$ 11.244 millones”. Según el economista, de ese total ya obtuvo unos US$ 3.415 millones y le restarían unos US$ 7.000 millones más. “Eso podría llegar a obtenerlo hipotéticamente de varias fuente, por ejemplo, los acuerdos con China, Rusia, nuevos swap, el BID, la licitación 4G”.
Para ejemplificar lo que sucede con el Impuesto a las Ganancias, Sosa Navarro y su equipo de trabajo, recurrieron a un simple gráfico, donde se mostró el caso de tres personas (Juan, Carlos y María) y cuáles eran sus ingresos en 2013 y 2015 respectivamente.
El gráfico es contundente y sirve para explicar el impacto del impuesto en los trabajadores:
Grafico Ganancias

Un análisis elaborado por el IERAL de la Fundación Mediterránea estimó que el impacto aliviador de los cambios anunciados por el Gobierno nacional en el Impuesto a las Ganancias impactará en salarios que hoy se ubican entre los $ 20.000 y $ 33.000 y que podrían llegar a $ 25.000 y $ 41.000 a fin de 2015. Esto es así porque los mismos fueron anunciados para sueldos que oscilaban entre $ 15.000 y $ 25.000 en 2013, no en la actualidad.
Además, el documento sostiene que, pese a que se trata de un alivio para los trabajadores, no significa que haya caído la presión fiscal sobre sus salarios, sino todo lo contrario: aún con las modificaciones, el porcentaje que aportarán será mucho mayor que en 2014.
Según los economistas Marcelo Capello y Alejandra Marconi, las reducciones anunciadas benefician a “quienes entre enero y agosto de 2013 ganaban entre $15.000 y $25.000 de salario bruto mensual”.
A partir de allí, proyectan que “ese grupo, luego del aumento promedio del 32% obtenido por los salarios en 2014, se ubicaría a comienzos de 2015 en un rango de ingresos de entre $19.800 y $33.000 mensuales. Luego de las paritarias de 2015, que en la mayoría de los casos se están definiendo en estos meses, dicho rango de salarios podría ubicarse entre $25.700 y $42.900, aproximadamente, si el aumento promedio en paritarias resulta del 30% (caso 2015 a), o ubicarse en un rango de entre $24.700 y $41.300, si se impone el techo de suba del 25% supuestamente pretendido por el gobierno nacional (caso 2015 b)”.
Con respecto a la presión tributaria, armaron una serie de gráficos entre los cuales se destaca el que se copia a continuación, que muestra cómo la presión de Ganancias sobre los salarios altos, aún con las modificaciones impuestas por el ministro de Economía, Axel Kicillof, sigue siendo la más elevada desde 1998.
grafico ieral ganancias
En resumidas cuentas, “con los cambios anunciados esta semana, los trabajadores que obtenían salarios de entre 15 y 25 mil pesos en 2013 pagarán en 2015 un impuesto equivalente a entre 8,7% y 18,7% de su salario, cuando habían pagado el equivalente a entre el 4,6% y el 12,8% en 2014 y entre 0,6% y 7,7% en 2013”, especifica el IERAL.
Y agrega: “Si no se hubiese producido el cambio recientemente anunciado, dichos trabajadores hubiesen pagado el equivalente a entre 12,2% y 19,6% de sus salarios de 2015. En definitiva, para dicha franja de asalariados, los cambios anunciados evitan que el impuesto suba fuertemente su peso sobre los salarios, pero no significa que la presión tributaria sobre ellos haya caído con respecto a años previos, sino lo contrario”.
La conclusión, entonces, es que “queda demostrado que si bien la medida dispuesta es bienvenida como un paliativo para la presión impositiva que sobre el salario hubiera generado Ganancias en el año en curso si no se hubieran producidos cambios, deja afuera de la discusión la presión que se ha ido acumulando a lo largo de los últimos años, producto de la falta de actualización de las escalas del impuesto, por efecto de la inflación. Inclusive significa un nuevo aumento de la presión fiscal respecto a 2014”, destaca el IERAL.

(DyN) – El Gobierno estableció el nivel de deducciones mensuales que podrán hacer los trabajadores que perciban entre 15 y 25 mil pesos mensuales, en el marco de la resolución que reglamenta la reducción de las escalas para la IV categoría del impuesto a las ganancias.
A través de 12 anexos, el Ejecutivo estableció deducciones diferenciales para los «empleados en relación de dependencia y jubilados que trabajen o vivan» en las provincias de La Pampa, Río Negro, Chubut, Neuquén, Santa Cruz y Tierra del Fuego, tal cual lo estipulaba la ley 23.272.
Para el caso de los trabajadores que no vivan ni trabajen en esas provincias y que hayan ganado más de 15 mil pesos y menos de 18 mil entre enero y agosto de 2013, la deducción mensual permitida será la siguiente: 1.944 pesos para Ganancias no imponibles; 2.160 pesos por cónyuge y 1.080 pesos por hijos; 810 por otras cargas y 9.331,20 por deducción especial. Esta última incluye, entre otras cosas, a los que hagan aportes autónomos, desempeñen cargos públicos o perciban gastos protocolares.
Para los que ganen más de 18 mil y menos de 21 mil, las deducciones serán de 1.866,24 pesos para ganancias no imponibles; 2073,60 por conyuge; 1.036,80 por hijos; 777,60 por otras cargas, y 8.957,95 por deducciones especiales.
Los que ganen más de 21 mil y menos de 22 mil podrán deducir 1.788,48 pesos de ganancias no imponibles; 1.987,20 por conyuge; 993,60 por hijos; 745,20 por otras cargas, y 8.584,70 por deducción especial.
Entre 22 y 23 mil, las deducciones serán de 1.710,72 (ganancias no imponible); 1.900,80 (conyuge); 950,40 (hijos); 712,80 (otras cargas) y 8.211,46 (deducciones especiales).
Para la franja entre 23 y 24 mil pesos, 1.671,84 (ganancias no imponibles), 1.857,60 (conyuge), 928,80 (hijos); 696,60 (otras cargas) y 8.024,83 (deducciones especiales).
Para los que estén entre los 24 y 25 mil pesos será de 1.632,96 pesos (ganancias no imponibles); 907,20 (conyuge); 680,40 (hijos) y 7.838,21 (deducciones especiales).

(DyN) – El ministro de Economía, Axel Kicillof, defendió la reducción del pago al impuesto a las Ganancias anunciada por el Gobierno, pero admitió que tras las paritarias, «lo que va a pagar (un trabajador) es más, como lo que va a pagar más de muchas otras cosas».
«Una persona que gana 20 mil pesos este año, va a conseguir un aumento del 20, 25 o 30 por ciento, lo que consiga, y el año que viene va a conseguir otro aumento, bueno, lo que va a pagar de ese impuesto es más, como lo que va a pagar más de muchas otras cosas», señaló.
De todas maneras, en declaraciones a radio Del Plata, el funcionario dijo que es «una cuenta muy complicada», y que los «6 mil millones de pesos» que el Estado va a recaudar de menos «va a ir a quienes contribuyen con el impuesto».
Pese a que insistió con que los beneficiados con la reducción «van a pagar menos que lo que pagarían antes, equivalente a una mejora del 5 por ciento del sueldo de bolsillo», admitió que con los aumentos salariales futuros el aporte por el tributo será mayor.
«Hay que hacer todas las cuentas, y hay que tener hipótesis de cómo van a cerrar las paritarias este año, y ver cada una de las ramas particulares. Si una persona que gana 20 mil pesos este año va a conseguir un aumento 20, 25 o 30 por ciento, lo que consiga, y el año que viene va a conseguir otro aumento, bueno, lo que va a pagar de ese impuesto es más, como lo que va a pagar más de muchas otras cosas», aseguró.
De todas maneras, el ministro dijo que «es una cuenta muy complicada» calcular cuánto pagará cada trabajador, y defendió la medida al afirmar que los «6 mil millones de pesos que dejará de percibir el Estado», según las estimaciones oficiales, «va a ir a quienes contribuyen con el impuesto».
En ese sentido, insistió con que Ganancias «es un impuesto progresivo», y apuntó contra «una conducción sindical que ha logrado confundir» y que «logró que fueran al paro un montón de personas para defender un impuesto que no pagan».
Kicillof también admitió que «hay cuestiones de diseño del impuesto que siempre hay que mejorarlas», y que «vamos a seguir discutiendo», pero advirtió que «el anuncio es este». Asimismo, calificó como «una pavada» las «supuestas internas» que existieron tras el anuncio del lunes, y resaltó que «la resolución de AFIP que ya está en el Boletín Oficial es exactamente igual» a lo que presentaron.

El ministro de Economía, Axel Kicillof, reclamó a los empresarios «responsabilidad» a los empresarios para que no trasladen los incrementos salariales que surjan de las paritarias a los precios.
En conferencia de prensa, Kicillof consideró que los empresarios en vez de subir los precios de sus productos «deben expandir la producción» para obtener los recursos necesarios para pagar el ajuste salarial.
El ministro aseguró también que el Gobierno no fija «techo» en las discusiones paritarias y que lo que le preocupa es que los empresarios trasladen a los precios los incrementos que se acuerden en las negociaciones colectivas.
En el marco de una conferencia de prensa, en donde anunció cambios en las escalas del impuesto a las ganancias, Kicillof sostuvo que «este Gobierno reinstaló las paritarias y para este Gobierno no hay nada mejor que la libre discusión entre empresarios y trabajadores».
«Lo que se mira con atención es que los empresarios no trasladen después a precios» los resultados de las negociaciones colectivas, «ya que la incidencia del salario sobre los costos de los empresarios es muy baja», afirmó el titular de la cartera económica.
Kicillof negó haber sugerido un «techo» del 25 por ciento para esas negociaciones, como indicaban algunos medios, pero comentó que tomando la medición privada de precios menos favorable al Gobierno, el indicador » da un dos por ciento, lo que representaría un 24 por ciento» de actualización anual.
También destacó que «los salarios le ganaron a los precios» el año pasado, puesto que «cualquier índice de inflación que se tome es menor a los incrementos salariales de las paritarias de 2014».
En lo que hace al temor de que los empresarios trasladen a precios lo que se acuerde en paritarias, Kicillof sostuvo que «lo que no queremos es que remarquen, porque con la excusa de que tienen mayores costos, perjudican a la gente».
Además, Kicillof también arremetió contra los gremios opositores, afirmando que lo que pagan por ese tributo es menos que que lo abonan por cuota sindical.
«Hay que decir las cosas como son. (El Impuesto a las Ganancias) No es cierto que se lleva el 30 por ciento del salario y que sea el más alto de la región», sostuvo Kicillof al hablar en el Palacio de Hacienda.
Por último, el ministro aseguró que es «un mito, una falacia que el impuesto a las ganancias se lleva todo el sueldo de los trabajadores».
Además, defendió el impuesto al sostener que lo que ingresa al Fisco por ese concepto «va a la batería» de iniciativas sociales estatales, «es lo que sirve para la obra pública, para la Asignación Universal por Hijo, para el (plan) Procrear y el (plan) Progresar».

Un informe elaborado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) determinó una suerte de claroscuros en la aplicación del Impuesto a las Ganancias en la Argentina con respecto a varios de sus pares de América Latina.
Es que, mientras es cierto que los salarios más bajos del país no pagan el tributo cuando en otras naciones de la región sí, también es cierto que quienes lo pagan en Argentina lo hacen por un monto muy superior al porcentaje que sufren los trabajadores de Chile, Colombia, México, Perú y Uruguay, que son los países que el IARAF tomó para esta muestra.
De movida, el documento firmado por Nadín Argañaraz y Andrés Mir, desmitifica la opinión de los gremios argentinos de que el salario es un ingreso y no puede ser gravado. “La pretensión de que el salario no debe ser considerado ganancia, que se escucha con insistencia en la situación actual de Argentina, no encuentra sustento en la comparación internacional”, subrayan los economistas.
La primera comparación que hace el informe es con respecto a los ingresos mínimos anuales que hay que tener para comenzar a tributar. Y allí, los empleados en Argentina son los más beneficiados de la región, como puede observarse en el siguiente cuadro.
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Sin embargo, a partir de que comienzan a tributar, se observa que el nivel salarial necesario para que un trabajador empiece a abonar la alícuota máxima vigente en cada país es el más perjudicial en la Argentina.
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Es decir, que “mientras en nuestro país un trabajador con un ingreso anual de solamente entre $ 210.000 y $ 270.000, según el caso, ya queda alcanzado por la mayor alícuota posible, en los demás países analizados se necesita un ingreso entre dos y nueve veces superior para encontrarse en una situación similar”, destaca el estudio.
La paradoja, entonces, es la siguiente: la combinación de mínimos elevados con tramos de escala desactualizados en relación a otros países provoca que en Argentina la cantidad de trabajadores alcanzados por el impuesto sea menor, pero que paguen una alícuota efectiva notablemente más elevada.
Así las cosas, por ejemplo, un trabajador que percibe un salario neto mensual de $30.000 abona el 36% más de impuesto en Argentina que en Uruguay, el 100% más que en Perú y casi el 300% más que en Chile y Colombia.
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El otro punto en contra de Ganancias en el país y que no es correlativo en el exterior es que, de tener una impronta progresiva, se ha transformado en regresivo, ya que pagan más los salarios medios que los altos.
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El IARAF lo resume de la siguiente manera:
a) Hasta un nivel salarial de $20.000 mensuales el trabajador queda fuera del alcance del tributo y en consecuencia su tasa efectiva es el ciento por ciento inferior al promedio de la región, que oscila entre el 4% y el 8%, por lo cual estos trabajadores están claramente beneficiados respecto a sus pares de la región.
b) A partir de ese nivel de ingresos, el trabajador argentino pasa inmediata y holgadamente a ser el más gravado por el impuesto a las ganancias con tasas efectivas entre un 80% y un 110% superiores a las de sus pares.
c) A medida que los niveles salariales crecen, el diferencial en contra del trabajador argentino respecto al promedio va disminuyendo hasta ubicarse ligeramente por sobre el 30% para sueldos netos mensuales de $150.000.
15 cuadrito Iaraf final final
“En conclusión, el aumento de presión tributaria del impuesto a las ganancias registrado en Argentina en los últimos años, en convivencia con la desgravación de un amplio sector de trabajadores de ingresos modestos, se ha efectuado claramente en contra de los trabajadores de niveles salariales medios y medios altos y no, como sería lógico, a costa de los asalariados de muy altos ingresos”, concluye el IARAF.