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El Iaraf actualizó su informe de todos los años para conocer hasta que día trabajamos para pagar los impuestos. Así, con el trabajo sobre el «Día de la independencia tributaria» se analiza la carga tributaria legal que recae sobre una familia asalariada en Argentina, teniendo en cuenta los impuestos directos e indirectos (incluidos los impuestos al trabajo) que cobran los tres niveles de gobierno- Nación, Provincias y Municipios.

En el cálculo del 2016, se aprecia que, por primera vez luego de 5 años, se redujo la carga tributaria formal sobre las familias asalariadas en Argentina, fruto principalmente del importante ajuste de mínimos y deducciones en el impuesto a las ganancias de personas físicas en relación de dependencia dispuesta por el gobierno nacional a comienzos de año.

De los resultados obtenidos, se aprecia que la carga tributaria formal integral durante el 2016 se ubicaría entre el 47,5% y el 57,9% del ingreso total (incluyendo contribuciones patronales) de una familia, dependiendo de los tramos de ingresos considerados.

Aplicando los porcentajes anteriores sobre un año calendario, y asumiendo que desde el 1° de enero un ciudadano comienza a “trabajar para el Fisco”, se obtiene un indicador más ilustrativo para evaluar la carga tributaria sobre las familias.

El «Día de la independencia tributarias» se ubica en Argentina, para el año 2016, entre el 21 de junio y el 29 de julio, en función de cuáles sean los ingresos considerados. De este modo y según el trabajo, se observa una “importante reducción” en la cantidad de días necesarios para pagar impuestos para los tres estratos más elevados, «de hasta 20 días menos, que los verificados en la medición del año anterior, fruto principalmente del importante ajuste de mínimos y deducciones en el impuesto a las Ganancias de personas físicas en relación de dependencia», se indicó.

La fuerte suba que registró la cotización del dólar «blue» en las últimas semanas, luego de medio año estancada, difícilmente tenga freno de cara a fin de año. ¿Por qué? Porque uno de los parámetros que suele seguir de cerca, que es el denominado dólar «convertibilidad» (base monetaria dividido las reservas del Banco Central), seguirá ascendiendo en el segundo semestre.
Así lo estima un informe elaborado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), que asegura que, si se toma el período enero 2011-julio 2015, «es posible apreciar una elevada correlación entre ambas variables». «El último dato disponible (10 de julio) revela que el tipo de cambio de cobertura (dólar «convertibilidad») se encuentra en torno a $15, mientras que la cotización del dólar ilegal para esa misma fecha rondaba los $13,60 -a la fecha de hoy, la misma asciende a $14,17-«, ejemplifica el IARAF.
gráfico IARAF dólar
A partir de allí, el presidente del instituto, Nadin Argañaraz, proyecta qué puede suceder hacia fin de año y concluye que: «si se supone que la base monetaria continuará creciendo como lo viene haciendo (al 33% interanual) y que, en un escenario optimista, -esto es, recibiendo unos US$2.000 millones provenientes del saldo de balanza comercial, pagando sólo $3.000 millones de BODEN 2015 y acotando la caída de reservas por dólar ahorro- las reservas internacionales cerrarían el año en torno a los US$29.000 millones, el tipo de cambio de convertibilidad culminaría en $ 21«.
Naturalmente, esto no implica que el «blue» necesariamente se ubique en ese precio pero Argañaraz sostiene que «este incremento (de $15 a $21) es altamente relevante. Más allá del valor que pudiera asumir el dólar ilegal, la tendencia ascendente es preocupante, ya que pone de manifiesto que el tipo de cambio de cobertura seguiría dando plafón para que el dólar ilegal continúe subiendo«.
A esto debe sumarse una serie de elementos que profundizarían esta situación. Por caso, que se triplicó la compra de dólar «ahorro». «En la medida que se aproximen los comicios más significativos, va a existir un incentivo a la dolarización. Ello es precisamente lo que viene apreciándose en las compras de dólar ahorro. Si se compara la compra de divisas en el primer semestre de ambos años se aprecia que los agentes económicos compraron un 238% más de moneda extranjera con destino tenencia que en igual período del 2014″, señala el IARAF.
Y otro elemento problemático es que, si el Gobierno intenta frenar esta esperable disparada de la cotización ilegal de la divisa estadounidense, inevitablemente terminará estancando más la actividad económica.
«Si este comportamiento se profundiza en los próximos meses, salvo que el BCRA se endeude en moneda dura, el impacto sobre las reservas no será menor. Ello podría sumar complicaciones en la economía, dado que para poder frenar o revertir esta situación, el BCRA se vería obligado a retirar dinero de la economía a mayor ritmo de lo que lo está haciendo, quizás teniendo que convalidar mayores niveles de tasas de interés, lo que profundizaría, aún más, el estancamiento de la economía. Más aún, si la tendencia se mantiene y se repite la estacionalidad del año 2014, el dólar ahorro en el año podría superar los US$9.000 millones, casi el doble que el saldo de Balanza Comercial anual», resume el informe.

Si sentís que el peso de los impuestos que abonás a los diferentes niveles de Gobierno es altísimo, un informe elaborado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) te da la razón.
Es que, según el mismo, entre la mitad y dos tercios de los ingresos que un argentino percibe mensualmente van a parar a las arcas del Estado, lo que en términos prácticos significa que un asalariado tiene que trabajar entre 173 y 225 días solamente para pagar impuestos.
“De los resultados obtenidos, se aprecia que la carga tributaria formal integral durante el 2015 se ubicaría entre el 47,3% y el 61,6% del ingreso total (incluyendo contribuciones patronales) de una familia, dependiendo de los tramos de ingresos considerados. En el caso límite de quienes hoy no pagan impuesto a las ganancias, la carga tributaria total asciende a un 47,4% de los ingresos totales, incluidas contribuciones patronales”, resume el estudio elaborado por el titular del IARAF, Nadin Argañaraz, junto a los investigadores Sofía Devalle y Andrés Mir.
gráfico IARAF independencia tributaria
Y luego agrega: “Según los resultados obtenidos, un trabajador asalariado formal en Argentina debería trabajar en 2015 entre unos 173 y 225 días para cumplir con las obligaciones tributarias de los tres niveles de gobierno. En consecuencia, el ‘Día de la independencia tributaria’ se ubica en Argentina entre el 21 de junio y el 12 de agosto, en función de cuáles sean sus ingresos”.
Año por año, y dependiendo de los niveles salariales utilizados para la estimación, la evolución es la siguiente:
gráfico IARAF independencia tributaria evolución
¿Cómo se arma la estimación?
El IARAF informa que el análisis se hace tomando como base la carga tributaria formal que ejerce el Estado Argentino en sus tres niveles (Nacional, Provincial y Municipal) sobre una familia asalariada, mediante el cobro de impuestos directos e indirectos, incluyendo contribuciones patronales.
Se consideran cuatro casos de ingresos hipotéticos, para una familia compuesta por matrimonio y dos hijos y cuyos ingresos son generados por un solo miembro que se desempeña como trabajador asalariado en el sector formal de la economía.
Se aplica el concepto de presión tributaria formal, que surge de analizar la normativa tributaria y considerar las principales características tributarias legales de los impuestos más representativos en nuestro país en los tres niveles de gobierno, y cuantificar lo que debería pagar un contribuyente tipo.
14-07-12 IE 320 Trabajamos medio año para el Fisco

Desde el Gobierno nacional vienen sosteniendo insistentemente sobre la estabilidad del dólar y el crecimiento de las reservas. Pero “no todo lo que brilla es oro”, afirma el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), que en un informe señala que, si bien es cierto que las reservas totales han crecido, la realidad es que las “propias” son cada vez menos y el aumento se explica fundamentalmente por el endeudamiento del Banco Central y el Tesoro.
Según el IARAF, tomando el dato del 19 de junio, las reservas están en torno a los US$33.819 millones, que significan un alza de US$536 millones respecto al 29 de mayo y una suba de US$2.376 millones en relación a fines del año pasado.
“Si se considera la performance en lo que ha transcurrido del año, en los primeros cinco meses de 2015 las reservas internacionales aumentaron US$1.842 millones. Este comportamiento observado difiere con lo ocurrido en el mismo periodo de años anteriores, cuando la variación de las mismas fue negativa por US$2.057 millones y US$4.739 millones para los años 2014 y 2013, respectivamente. En ese periodo, el Banco Central resultó comprador neto de divisas en el mercado de cambios (+US$1.269 millones) explicando más del 70% del aumento observado en las reservas internacionales”, destaca el IARAF.
A eso se agrega que, “de acuerdo a datos de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC) -entidades que representan un tercio de las exportaciones argentinas-, el monto liquidado desde comienzos de año hasta fines de mayo asciende US$7.992 millones, un 26% por debajo respecto a igual periodo del año anterior. De ello se desprende que en los primeros cinco meses del año 2014 el BCRA compraba cerca del 35% de los dólares liquidados por los industriales y aceiteros. Este año el ratio ha disminuido a 16%”.
Pero estos datos aparentemente positivos, esconden una “trampa” cuando son leídos con mayor atención. “La performance del total de reservas en lo que va del año ha mejorado respecto a años previos. Este incremento junto con el récord de venta de dólar ahorro lograron cierta baja tanto en las expectativas de devaluación como en la brecha cambiaria”, admite el IARAF pero acto seguido señala: “Pero no todo lo que brilla es oro”.
El informe sostiene que, neteando de las reservas de rubros del pasivo que dan origen a una parte de ellas, principalmente los depósitos de los bancos comerciales en moneda extranjera en el BCRA y los préstamos de organismos multilaterales y otros bancos centrales, sólo el 50% de las reservas son “propias”. “Al 29 de mayo, las reservas informadas alcanzan los US$33.283 millones, de los cuales cerca de US$7.300 millones corresponden a cuentas corrientes en otras monedas y más de US$8.400 millones son otros pasivos del BCRA”, especifica el estudio.
Así, “si se considera el total de reservas informadas se aprecia una importante recuperación, dado que se ubican por encima del promedio del periodo enero 2013-mayo 2015. No obstante, si se realiza una depuración y se consideran sólo las reservas propias, las conclusiones cambian dado que el nivel actual es inferior al promedio del periodo analizado y representa una baja del un 38% y 13% respecto a igual mes de los años 2013 y 2014, respectivamente”, sostiene el informe.
Y cierra: “En definitiva, las reservas crecieron por endeudamiento. El endeudamiento del BCRA y del Tesoro marca el costo de intentar reactivar la economía sin crear nuevas presiones inflacionarias ni nuevas presiones sobre el tipo de cambio nominal”.

El Gobierno de Córdoba es el líder a nivel nacional en el “Índice de Visibilidad Fiscal que año a año elabora el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) y que refleja, en concreto, cuáles son las jurisdicciones que más hacen públicas sus cuentas y decisiones de Gobierno en sus páginas web.
Según el informe realizado por el titular del IARAF, Nadin Argañaraz; junto a las economistas Sofía Devalle y Marianela Marcó, a nivel nacional este indicador arrojó un promedio de 0,56 para las 24 jurisdicciones subnacionales “lo cual indica que, para el conjunto de provincias, se publica algo más de la mitad de la información fiscal que se considera relevante difundir”, explica el documento.
En ese marco, la administración de José Manuel De la Sota aparece como la “campeona” de la “transparencia”, con un índice de 0,93; sacándole amplia ventaja a la segunda, que es Mendoza, con 0,81. El top five se completa con Santa Fe y Entre Ríos compartiendo el tercer lugar (0,74), Neuquén y la Ciudad de Buenos Aires cuartas (0,70) y San Juan quinta (0,68).
“Con valores inferiores a los anteriores, pero superando el nivel promedio, se encuentran Tucumán, Río Negro, Buenos Aires, Catamarca, Salta, Santiago del Estero, Chubut y Tierra del Fuego. Jujuy, Corrientes y La Pampa integran el grupo de provincias con visibilidad mediabaja, presentando valores para su indicador de entre 0,25 y 0,40. Finalmente, las dos provincias con el menor grado de visibilidad fiscal del país son Santa Cruz y Misiones, quienes publican en sus sitios web de gobierno menos del 20% de la información necesaria para un adecuado control de las cuentas fiscales”, resume el IARAF.
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En tanto, otro aspecto importante es la evolución que este indicador ha tenido desde que el IARAF comenzó a realizarlo, en 2010. El análisis indica que, a nivel nacional, la visibilidad de las cuentas ha mejorado pasando de un 0,47 en el año 2010, a un 0,52 en 2012, 0,54 en 2014 y 0,56 en 2015. “Así, a lo largo del período acumulado la visibilidad de las provincias, medida por el indicador, mejoró en un 20%”, dice el IARAF.
El ranking específico ubica a La Rioja como la que más aumentó su transparencia, seguida por Corrientes. Córdoba mejoró en un 30% en cinco años. “Además de estos casos, gran parte de las provincias evidenciaron mejoras en su grado de visibilidad al ciudadano. Por el contrario, en tres de las 24 jurisdicciones, Formosa, Misiones y Santa Cruz, se aprecia un retroceso en la difusión de información fiscal. En algunos casos, esto se debe no a que hayan eliminado información de sus sitios web, sino a que los datos no se actualizan, y por ende la información allí contenida va perdiendo vigencia”, sostiene IARAF.
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¿Cómo se elabora el índice?
En el informe, el IARAF detalla paso a paso cómo realizan este indicador. Los principales puntos se resumen a continuación:
– Con el fin de construir el indicador de visibilidad, en cada uno de los sitios webs oficiales de gobierno de las provincias se releva información útil para evaluar la gestión del gobierno. La información requerida se agrupa en los siguiente rubros: Presupuesto, Ejecución Presupuestaria, Contabilidad en línea, Planta de Personal, Deuda Pública, Compras y Licitaciones del Gobierno, Proveedores, Normativa Tributaria y Boletín Oficial.
– En el relevamiento se contempla que se trate no solo de la información más actualizada posible, sino también de períodos anteriores, de modo tal que se evalúe si los gobiernos difunden series temporales que posibiliten un seguimiento de las variables en el tiempo.
– Puesto que cierta información es publicada de una manera bastante heterogénea entre las provincias, se corrige el indicador anterior según el grado de detalle con el que se presenta cierta información. Concretamente, este indicador evalúa si los datos publicados acerca de la ejecución presupuestaria y la deuda pública poseen determinado grado de desagregación.

Un informe elaborado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) afirma que las modificaciones anunciadas recientemente por el Gobierno nacional en el Impuesto a las Ganancias no significarán ningún “costo fiscal” para el Estado y que, de hecho, la recaudación por ese tributo crecerá 40%, muy por encima de la inflación.
El documento toma validez teniendo en cuenta que Ganancias es uno de los puntos más conflictivos por los que los gremios opositores decidieron hacer una huelga nacional.
“Al momento de presentar los cambios dispuestos para la liquidación del impuesto se manifestó que, como consecuencia de los mismos, se iba a generar un importante costo fiscal. Una vez publicados los cambios, se puede afirmar en base a las conclusiones expresadas en los dos párrafos anteriores, que en realidad no es lógico hablar de costo fiscal”, manifiesta el IARAF que agrega que “lo que el fisco hará es resignar solamente una porción del incremento de recaudación real que hubiera obtenido por no adecuar los parámetros de cálculo del tributo según los niveles inflacionarios”.
El IARAF explica que para hablar realmente de “costo fiscal” propiamente dicho, la recaudación esperada debiera crecer menos del 27%, que es el valor que se ha tomado como parámetro para definir las paritarias y, de alguna manera, también la inflación. “Pero si por el contrario la recaudación esperada creciera en un porcentaje mayor, no existe costo fiscal sino simplemente una parcial resignación del aumento real de la presión tributaria que iba a producirse de no disponerse ningún ajuste”, insiste el análisis realizado por el titular del Instituto, Nadin Argañaraz, junto al economista Andrés Mir.
Según las estimaciones de ambos, en 2014 el importe aportado por trabajadores en relación de dependencia se ubicó en torno a $ 80.000 millones, sumando un aumento del 30% con respecto a los datos de 2013. Si se agrega un 27% sobre esa cifra, la cifra debería haber trepado hasta $ 101.600 millones pero el IARAF proyecta que, aún con los ajustes previstos en la resolución general 3770 del mes pasado, “el impuesto a las ganancias que pagan los trabajadores en relación de dependencia va a alcanzar en el año 2015 los $ 112.500 millones”.
En otras palabras, el aumento de recaudación nominal del fisco está en el orden del 40%, lo que significa 13 puntos más que la inflación. A valores reales, esto significa que los trabajadores abonarán $ 10.900 millones adicionales a la AFIP en relación a lo que hubieran aportado si Ganancias hubiera al menos acompañado la inflación real.
“Lógicamente este aumento de presión tributaria será inferior al que se hubiera verificado en caso de no disponerse adecuación alguna de los parámetros de cálculo (caso en el cual la recaudación estimada 2015 hubiera ascendido a $ 120.500 millones), pero esto no puede ser considerado un ‘costo fiscal’ sino que solamente implica un menor aumento de presión tributaria real”, cierra el informe.

Un informe elaborado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) asegura que los cambios anunciados por el Gobierno nacional en el Impuesto a las Ganancias, lejos de implicar una reducción en la cantidad de dinero que “perderán” los beneficiados por estas modificaciones, aumentará la presión tributaria sobre los mismos.
Con el sugestivo título de “Nunca menos”, el análisis realizado por el titular del IARAF Nadin Argañaraz y el economista Andrés Mir, sostiene que “los únicos trabajadores que no se verán afectados por un nuevo incremento de presión tributaria son aquellos que hasta el agosto de 2013 percibían remuneraciones brutas inferiores a $ 15.000, cualquiera sean los aumentos obtenidos a partir de entonces” pero que “en el caso de los trabajadores que percibían entre $ 15.000 y $ 25.000, el único beneficio que obtendrán es que el incremento del impuesto a las ganancias que deberán abonar en el año 2015 respecto al año 2014 se limitará a un porcentaje que oscilará entre el 35% y el 50%, mientras que si no se hubiera dispuesto modificación alguna ese porcentaje hubiera trepado a valores de entre el 50% y el 100%”.
El principal dato que surge del estudio del IARAF es que los “beneficios” de la resolución adoptada por el Ministerio de Economía consiste en un aumento de las diferentes deducciones que pueden hacer los trabajadores, tanto solteros como casados, para achicar el peso del impuesto. Dicho incremento, como máximo, llega al 25%, por debajo de la pauta salarial que se busca imponer para este año (27%).
“La combinación de incrementos en las deducciones inferiores a la probable pauta de negociación salarial y de tramos de escala congelados, implica que el trabajador alcanzado por el impuesto no verá disminuida su obligación impositiva en relación al año 2014, sino que por el contrario sufrirá un nuevo incremento de presión tributaria aún cuando este comprendido en el beneficio anunciado”, manifiesta el IARAF.
14 cuadrito IARAF Ganancias solteros 14 cuadrito IARAF Ganancias
Y completa que el impacto “para todos los beneficiarios, bajo el supuesto de un aumento de salarios nominales en paritarias del 25% para el año 2015” supone “un incremento de su obligación tributaria nominal superior a ese porcentaje (entre el 35% y el 50% según el caso) y en consecuencia nuevamente deberán destinar un porcentaje superior de su salario a pagar el impuesto, respecto al año anterior”.
Por ejemplo, un trabajador casado con dos hijos que percibía en 2013 un ingreso mensual bruto promedio de $ 16.500 (que considerando aumentos del 30% para 2014 y 25% para 2013 equivaldrá a un sueldo bruto promedio para 2015 de $ 26.813) pagó durante el año 2014 en concepto de impuesto a las ganancias un promedio de $ 1.414 mensuales, en tanto que este año deberá pagar por mes un promedio de $ 1.914 lo que supone un incremento del 35% de su obligación tributaria, valor diez puntos porcentuales superior al aumento salarial esperado. En el caso del trabajador soltero de similar ingreso el incremento del impuesto será aún más significativo alcanzando el 44%.
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Por todo esto, el IARAF también desmiente lo señalado por el ministro Axel Kicillof sobre que estas modificaciones tienen un gran costo fiscal para el Estado. “La reforma propuesta no significaría ninguna pérdida fiscal para el estado, sino que por el contrario los ingresos fiscales provenientes del impuesto a las ganancias originado en las remuneraciones del personal en relación de dependencia, puede estimarse que se incrementarán respecto al año 2014 en términos nominales más que el 25% en que se verán incrementados los sueldos y, en consecuencia no habrá transferencia real de ingresos del sector público al privado sino que por el contrario los trabajadores alcanzados por el impuesto resignarán, por vía de mayor tasa efectiva de impuesto a las ganancias, un porcentaje del incremento nominal de ingresos obtenido en paritarias”, concluye el estudio.

Un informe elaborado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) determinó una suerte de claroscuros en la aplicación del Impuesto a las Ganancias en la Argentina con respecto a varios de sus pares de América Latina.
Es que, mientras es cierto que los salarios más bajos del país no pagan el tributo cuando en otras naciones de la región sí, también es cierto que quienes lo pagan en Argentina lo hacen por un monto muy superior al porcentaje que sufren los trabajadores de Chile, Colombia, México, Perú y Uruguay, que son los países que el IARAF tomó para esta muestra.
De movida, el documento firmado por Nadín Argañaraz y Andrés Mir, desmitifica la opinión de los gremios argentinos de que el salario es un ingreso y no puede ser gravado. “La pretensión de que el salario no debe ser considerado ganancia, que se escucha con insistencia en la situación actual de Argentina, no encuentra sustento en la comparación internacional”, subrayan los economistas.
La primera comparación que hace el informe es con respecto a los ingresos mínimos anuales que hay que tener para comenzar a tributar. Y allí, los empleados en Argentina son los más beneficiados de la región, como puede observarse en el siguiente cuadro.
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Sin embargo, a partir de que comienzan a tributar, se observa que el nivel salarial necesario para que un trabajador empiece a abonar la alícuota máxima vigente en cada país es el más perjudicial en la Argentina.
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Es decir, que “mientras en nuestro país un trabajador con un ingreso anual de solamente entre $ 210.000 y $ 270.000, según el caso, ya queda alcanzado por la mayor alícuota posible, en los demás países analizados se necesita un ingreso entre dos y nueve veces superior para encontrarse en una situación similar”, destaca el estudio.
La paradoja, entonces, es la siguiente: la combinación de mínimos elevados con tramos de escala desactualizados en relación a otros países provoca que en Argentina la cantidad de trabajadores alcanzados por el impuesto sea menor, pero que paguen una alícuota efectiva notablemente más elevada.
Así las cosas, por ejemplo, un trabajador que percibe un salario neto mensual de $30.000 abona el 36% más de impuesto en Argentina que en Uruguay, el 100% más que en Perú y casi el 300% más que en Chile y Colombia.
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El otro punto en contra de Ganancias en el país y que no es correlativo en el exterior es que, de tener una impronta progresiva, se ha transformado en regresivo, ya que pagan más los salarios medios que los altos.
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El IARAF lo resume de la siguiente manera:
a) Hasta un nivel salarial de $20.000 mensuales el trabajador queda fuera del alcance del tributo y en consecuencia su tasa efectiva es el ciento por ciento inferior al promedio de la región, que oscila entre el 4% y el 8%, por lo cual estos trabajadores están claramente beneficiados respecto a sus pares de la región.
b) A partir de ese nivel de ingresos, el trabajador argentino pasa inmediata y holgadamente a ser el más gravado por el impuesto a las ganancias con tasas efectivas entre un 80% y un 110% superiores a las de sus pares.
c) A medida que los niveles salariales crecen, el diferencial en contra del trabajador argentino respecto al promedio va disminuyendo hasta ubicarse ligeramente por sobre el 30% para sueldos netos mensuales de $150.000.
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“En conclusión, el aumento de presión tributaria del impuesto a las ganancias registrado en Argentina en los últimos años, en convivencia con la desgravación de un amplio sector de trabajadores de ingresos modestos, se ha efectuado claramente en contra de los trabajadores de niveles salariales medios y medios altos y no, como sería lógico, a costa de los asalariados de muy altos ingresos”, concluye el IARAF.

Un informe elaborado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) asegura que, mientras Córdoba ruega y aguarda por el crédito de $ 540 millones prometido por el Gobierno nacional para obras de infraestructura en las zonas que sufrieron las inundaciones, la Casa Rosada se beneficiará este año con $ 17.000 millones “resignados” por la administración de Unión por Córdoba.
Nadin Argañaraz y Ariel Barraud son los autores de este documento que utiliza el caso de Córdoba como un testigo que “ilustra fuertemente el grado de descoordinación e irracionalidad del federalismo actual”.
Concretamente, el IARAF analiza todas las retracciones que realizan las provincias a favor de la Nación.
“Teniendo en cuenta que la provincia de Córdoba resignará de manera automática e inexorable $17.000 millones (el monto acumulado entre 2003 y 2015 es de $69.000 millones), el préstamo para los inundados, equivalente a poco más un 3%, representa una cifra relativamente menor, pero que sin embargo ilustra de manera clara el grado actual de desbalance en las relaciones económicas federales entre niveles de gobierno en nuestro país”, destaca el estudio.
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En concreto, el informe explica que “en la actualidad, la distribución primaria, es decir el reparto entre la nación y todos los gobiernos subnacionales del total de impuestos existentes a nivel nacional por todo concepto, muestra que las provincias reciben de manera automática $1 de cada $4 recaudados. Antes del año 2000 recibían en promedio $1 de cada $3”.
En ese marco, bajo los preceptos de la ley de coparticipación de 1988, “el reparto debiera ser aproximadamente 60% para provincias y 40% para el nivel federal”, pero “pero la realidad muestra que se da la situación inversa: las provincias obtienen directamente un 40% de los impuestos coparticipables y el 60% queda en las arcas del nivel federal”.
– ¿De dónde se saca ese dinero?
Son los fondos destinados a financiar la seguridad social (por ejemplo, el 15% de la coparticipación que las provincias cedieron para financiar las jubilaciones cuando se crearon las AFJP y que no se les devolvieron cuando las mismas se estatizaron); la coparticipación parcial de impuestos como el impuesto a los débitos y créditos bancarios; y la mantención de impuestos como los derechos de exportaciones que desplazan base imponible de otros impuestos como Ganancias.
– ¿Cuánto significa?
SEGURIDAD SOCIAL: Por todo el financiamiento a la seguridad social, las provincias resignaron entre 2003 y el corriente año unos $616 mil millones a precios corrientes de cada año, $155 mil millones de los cuales corresponden a lo que se estima resignarán en 2015.
IMPUESTO AL CHEQUE: si se repartiera como el IVA, las resignaciones, a precios de cada año, dancomo resultado que dejaron de ingresar a las arcas provinciales por la vía automática de la coparticipación unos $127 mil millones en el periodo bajo análisis. Solamente en 2015, se estima que las provincias resignarán recursos por este concepto por el equivalente a $30.000 millones.
RETENCIONES: al achicar la base imponible bruta, Impuestos coparticipables como Ganancias tributan menos. Los efectos sobre los ingresos por coparticipación de las provincias permiten apreciar que los montos son relevantes, pues se acumularán resignaciones equivalentes a más de $52 mil millones corrientes en los años transcurridos entre 2003 y el actual. Sólo en 2015 se resignarán fondos por este concepto por $ 11.000 millones.
TOTAL: en el periodo 2003-2015, las provincias habrán resignado alrededor de $800.000 millones corrientes, de los cuales $196.500 millones corresponden al año 2015.
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El próximo martes la CGT que encabeza Hugo Moyano y los gremios del transporte han convocado a un paro nacional, cuyo principal argumento es la falta de actualización de los parámetros que rigen para el pago del Impuesto a las Ganancias.
En ese marco, un informe elaborado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) dejan en claro el fuerte impacto que este tributo tiene para aproximadamente 2 millones de trabajadores, teniendo en cuenta 1,1 millones en relación de dependencia y 0,8 millones independientes que no pueden adherir al monotributo. “En consecuencia, y considerando una conformación familiar tipo, aproximadamente ocho millones de habitantes han visto como el incremento en la tasa efectiva del impuesto a las ganancias neutraliza un elevado porcentaje de las mejoras nominales obtenidas en sus ingresos”, manifiesta el documento elaborado por los economistas Nadin Argañaraz y Andrés Mir.
A la hora de los ejemplos, el IARAF estima que, suponiendo que las paritarias de este año cierren en 30% y no haya cambios del impuesto, “la falta de actualización de los parámetros provocara que todos los trabajadores alcanzados vean resignar hasta un 36% del incremento negociado y en consecuencia el aumento real de bolsillo se ubicará en torno al 20%, lejos del 30% teóricamente obtenido, con el agravante de que la pérdida será mayor para los sueldos más bajos, dentro de los alcanzados por el impuesto.
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En tanto, el IARAF también realiza un interesante análisis de cuánto deberían aumentar los sueldos para que a los bolsillos de los empleados lleguen realmente los acuerdos de paritarias alcanzados.
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“Como se advierte, el aumento que debería obtenerse en la negociación paritaria para que los trabajadores que deban tributar el impuesto a las ganancias obtengan un incremento de bolsillo de por ejemplo un 30%, debería ascender a porcentajes de hasta el 46% en el caso de que no se modifiquen los parámetros del impuesto”, manifiesta el IARAF.
Lógicamente, el mayor beneficiado de no modificar nada es el Estado que, según este informe, se apropia de “entre el 29% y el 33% de la remuneración bruta de un empleado casado con dos hijos”, teniendo en cuenta no sólo Ganancias sino también los aportes al fisco a través de los regímenes previsionales e impositivos.
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En ese marco, otra forma de ver esta situación es comparar el sueldo de bolsillo que percibe un trabajador y el total de aportes personales, contribuciones patronales y retenciones de impuesto a las ganancias que se origina a partir de su remuneración, y que arroja como resultado que mientras los trabajadores no alcanzados por el Impuesto a las Ganancias tienen un total de aportes y contribuciones inferior al 50% de lo que percibe de bolsillo, la falta de ajuste de los tramos de escala es tan significativa que apenas pasa a ser contribuyente del citado impuesto, ese porcentaje salta a valores que oscilan entre el 74% y el 82% del sueldo de bolsillo.
“Es decir, que en estos casos es prácticamente similar lo que el empleador debe abonar de bolsillo a su trabajador y lo que debe abonar al fisco”, destaca el IARAF.
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En ese marco, el informe concluye con un análisis duro para los bolsillos de los trabajadores: “Debe destacarse que adicionalmente el trabajador con su ingreso disponible debe afrontar otra serie de impuesto directos (inmobiliarios, patentes, bienes personales, etc.) e indirectos (el iva, ingresos brutos, comercio e industria, etc. contenidos en el precio de los bienes y servicios que consume) y en consecuencia puede inferirse que, de no modificarse los parámetros del impuesto a las ganancias, los trabajadores alcanzados por este tributo afrontaran en el año 2015 una presión tributaria total muy superior al 50% de sus ingresos”.